La nueva película del argentino Luis Ortega es inclasificable. El jockey (2024) es uno de los estrenos internacionales que trajo la programación del 22 FICM. El propio director advirtió al público presente en la sala 4 del Cinépolis: “No intenten entenderla mientras sucede”. Y no es para menos, la cinta que tuvo un buen paso por los festivales Venecia y San Sebastián, puede resultar un desafío para los espectadores menos pacientes.
No se puede decir que hay un solo protagonista, ya que el actor argentino Nahuel Pérez Biscayart interpreta dos versiones del mismo personaje: Remo y Dolores. El primero de ellos es un jockey aficionado a la bebida que está esperando un hijo de una compañera de oficio, mientras que su contraparte femenina se dedica a hacer trabajos de peluquería dentro de la prisión. A su alrededor se mueve un grupo de mafiosos de las apuestas y un misterioso hombre de enormes patillas y sombrero.
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De acuerdo al propio cineasta, la inspiración para elaborar el guion del filme viene de una visita al hipódromo en donde observó con atención a los jockeys, personajes bajitos y vestidos de colores. Por otra parte, cuenta que en Buenos Aires hay un ruso que vaga por las calles, porta un bolso de mano y se viste lo mismo con prendas masculinas que femeninas.
Esta persona se mete a las farmacias para pesarse y asegura que las básculas siempre le marcan cero, además cree que alguien lo está siguiendo. De ahí viene la idea general, un jockey que sufre un accidente y al salir del hospital toma las primeras prendas que encuentra, termina convertido en una mujer y es perseguido por un grupo de mafiosos.
Ese ánimo de humor delirante dista de estar presente en alguno de los siete largometrajes anteriores de Luis Ortega. Para muestra los pocos que han llegado a México, como la minimalista Monobloc (2005) y el melodrama criminal El ángel (2018).
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No es casual que muchos de los planos y colores que vemos en pantalla tengan semejanza con el cine de Aki Kaurismaki. El finlandés Timo Salminen, responsable de la fotografía de Hojas de otoño (Kuolleet lehdet, 2023), forjó el sello particular que buscaba el realizador argentino para su nueva producción.
A decir del propio director, en esta película busca resaltar las expresiones faciales de los actores, principalmente la de uno que cuenta con toda su confianza, Nahuel Pérez Biscayart. Él mismo estuvo acompañado por el mexicano Daniel Giménez Cacho durante la presentación en Morelia.
Para este momento ya se hizo oficial el anuncio de que esta película será la representante argentina para los premios Oscar y los Goya. Además, se asegura que muy pronto llegará a la cartelera mexicana por medio de la distribuidora Piano.