Por Claudia Daniela Casimiro
Cuando parecía que el concierto de clausura del 36 Festival de Música de Morelia (FMM) sería el plato fuerte del último fin de semana de actividades, llegó desde Austria el Auner Quartet. El ensamble de cuerdas está integrado por Daniel Auner (violín), Barbara de Menezes (violín segundo), Gabriel Squizzato (viola) y Konstantin Zelenin (violochelo). La agrupación se presentó la tarde del sábado en el patio principal del Palacio Municipal, ofreciendo uno de los mejores conciertos del festival, en donde se combinó de la mejor manera un programa equilibrado con una ejecución intensa e impecable.
Previo a este concierto y como parte de las extensiones del FMM, el cuarteto se presentó en el Museo Kaluz de la Ciudad de México, en donde además ofrecieron un taller de iniciación a la música clásica. El Auner Quartet se fundó en 2013 y han sido reconocidos como Embajadores Culturales por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores de Austria. Al término del recital platicamos con Daniel Auner, quien nos compartió entre otras ideas, la importancia de la música en la vida de las personas y de la democracia al interior de las agrupaciones musicales.
¿Cómo surgió la idea de crear este cuarteto de cuerdas y qué es lo que los distingue de otros ensambles?
Lo que tratamos de hacer en nuestros conciertos es invitar a nuestra audiencia a tomar parte en el desarrollo del evento, compartiendo con ellos información sobre lo que van a escuchar. La mayoría de los conciertos son silenciosos, tú llegas, escuchas la música y te vas a casa, lo que hacemos diferente es que queremos hablar con la gente acerca de lo que vamos a tocar, de esa manera no solo escuchan notas, también escuchan historia. La idea del cuarteto es buscar una forma comunicativa de acercarse a la música. En la agrupación todos tenemos la misma importancia, es una democracia viviente de cuatro personas que continuamente tienen diferentes opiniones pero que tienen una meta común: deben ser capaces de sacar adelante un concierto.
¿Qué significa para ti ser nombrado Embajador Cultural de Austria?
La idea viene de una competencia creada por el Ministerio de Asuntos Exteriores. En esta competencia los ganadores son enviados por todo el mundo para hacer conciertos. Dos veces nos presentamos en esta competencia y las dos veces ganamos, es por ello que en mi cuarteto estamos trabajando constantemente con el Ministerio, ellos nos ayudaron para estar aquí en Morelia, porque sin su generoso apoyo sería muy difícil estar en este festival.
¿Cuál es la importancia de hacer accesible la música clásica al público general por medio de divulgación y talleres educativos?
Vivimos en un momento en que la atención de la gente es cada vez más corta, por ejemplo TikTok y un máximo de atención de quince segundos. Actualmente quedarse en un concierto durante una hora y media escuchando música es muy difícil. Pero debemos iniciar este viaje emocional todos juntos, es como una terapia para nuestras mentes, porque la música puede hacernos sentir emociones como ninguna otra actividad.
La música es la única forma de arte que sucede en el tiempo, por ejemplo, podemos ver una imagen o leer un libro cuando queramos, pero la música existe solo en este momento. La música te cambia, te suaviza y olvidas la ira que llevas dentro de ti, te alejas de todo aquello que te haga sentir mal.
Me gusta hacer esta comparación extraña, Viena es no sólo la capital de la música, sino también de la psicología y filosofía. Porque veamos, cuando la música empezó a ser muy popular en Viena, Sigmund Freud estaba en su apogeo, muchos psicólogos buscaban entender la salud mental a través de los sentimientos de la gente. Al día de hoy muchos médicos recomiendan asistir a conciertos y eventos culturales, eso es bueno para la mente y el alma. De esta manera hacemos una limpieza de las emociones y somos personas más felices.
En un concierto, cuando te sientas junto a alguien que no conoces, generas una experiencia conjunta. La música nos hace sentirnos conectados, se crea una sociedad, algo que no podríamos crear en solitario.
Entonces la música es también de comunicación, entre los músicos, entre las audiencias…
Si revisamos la historia de la humanidad, encontramos que las civilizaciones más avanzadas se podrían medir a través de su desarrollo musical. La música es una señal del más alto nivel que la sociedad puede alcanzar.
El repertorio para cuarteto de cuerdas es muy vasto, pero ¿les agrada incluir otros instrumentos en sus presentaciones o en sus grabaciones?
Sí, a veces tenemos invitados, hay muchas composiciones que han sido escritas para cuarteto de cuerdas más otro instrumento y hemos hecho grabaciones con una formación de quinteto y hasta con cantantes, pero al mismo tiempo es una dinámica diferente, especialmente cuando tienes un instrumento como el piano, porque se lleva la mayoría de las notas y obtiene una demasiada atención, es como si los otros músicos estuvieran tocando con el piano. Es menos democrático, a diferencia del cuarteto de cuerdas. Prefiero que no sea solo un instrumento el que se lleve toda la atención, por ejemplo, el cuarteto de Anton Bruckner empieza con el segundo violín, pero eso no significa que sea más o menos importante, la idea es que cada instrumento tiene su lugar, a veces hablas y en ocasiones debes escuchar.
Entonces podemos hablar de que la manera en cómo funciona un cuarteto de cuerdas es una analogía de la democracia.
La democracia crea un montón de situaciones emocionales complicadas, porque continuamente estamos convencidos de que las cosas deben ser de una manera, pero la persona que está junto a ti puede pensar exactamente lo contrario, y entonces, ¿quién gana? Es difícil aceptar opiniones distintas a las nuestras, pero al final sabes que debe sacar adelante un concierto, tienes que buscar un consenso con las personas que están contigo en el escenario, debes hacer compromisos.
Tú tocas un violín Guadagnini, ¿de qué manera funciona en Austria el acceso a estos instrumentos tan antiguos y tan valiosos?
Estos violines pertenecen a la colección del Banco Nacional de Austria y estamos muy felices de tener instrumentos como estos, hay algunos que son muy antiguos y hermosos, ellos tienen alma propia, voces propias. No es el fetiche de tener un objeto valioso, se trata más del respeto por todos los artistas que han tocado el instrumento antes de ti, muchos músicos tan buenos lo han tenido en sus manos, generaciones antes de mí pusieron sus emociones en él y yo sé que tengo el privilegio de tenerlo por unos años en mi vida antes de pasarlo a la siguiente persona. Te hace sentir que eres parte de una larga fila de músicos y que vendrán muchos después de ti.
El Festival calificó el programa de esta tarde como “inusual”, al incluir temas de compositores que no es especializaban en el género del cuarteto, como Puccini, Bruckner y Silvestre Revueltas, ¿cómo eligieron estas obras?
Quisimos tocar a Revueltas porque ya lo habíamos tocado en Viena, en un ciclo de música de cámara, es una pieza desafiante. Es verdad que Anton Bruckner y Puccini no se distinguen por sus composiciones de música de cámara, no son obras tan conocidas, por eso decidimos incluirlas. Pero también, debido al tema del festival, incluimos a dos compositoras que escribieron un par de piezas especialmente para nosotros.
Traducción: Armando Casimiro Guzmán
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