La cineasta estadounidense de origen palestino Cherien Dabis llogó al 23 Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) para presentar Lo que queda de ti (Allly baqi mink, 2025). Después de su paso por los festivales de Shanghai, Sydney y San Francisco, la cinta ha ido acumulando comentarios positivos en un momento en el que el tema de Palestina está más vivo que nunca.
La película inicia con una manifestación juvenil en Cisjordania, la década de los ochenta está por concluir y las nuevas generaciones han acumulado rencor y rebeldía por la ocupación. Un corte nos lleva al rostro de una mujer mayor que anuncia una historia familiar. El relato une la tragedia de un abuelo con la donación de un corazón para un niño judío.
Dabis hace un recorrido por la historia reciente de esta región convulsa a través de una tragedia intergeneracional. En 1948 durante la Guerra Árabe-Israelí, la costera ciudad de Jaffa (actualmente dentro de la capital Tel Aviv), fue asediada por un grupo paramilitar judío, obligando a la mayoría de los habitantes árabes de la zona a salir de la ciudad. Muchos terminaron en atestados campamentos de refugiados en Cisjordania y nunca pudieron volver a sus hogares.
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Las tres generaciones de esta historia incluyen al abuelo, que tuvo que abandonar su casa y su huerto de naranjas en Jaffa. Al hijo, un maestro escéptico que a pesar de ser humillado frente a su familia en los territorios ocupados, no cede a las tentaciones violentas. Por último se encuentra el nieto, cuya impetuosidad y beligerancia lo llevan a una situación de vida y muerte.
La cinta de Cherien Dabis abarca al mismo tiempo la dimensión humana y la denuncia. Después de todo, la propia cineasta nació en Nebraska, hija de un médico de ascendencia palestina y una mujer jordana. Cuenta que desde pequeña entendió lo que significaba ser una persona de origen árabe en Estados Unidos durante la Guerra del Golfo y las complicaciones que representaba para ella visitar la tierra de sus antepasados en Oriente Medio.
Esta diáspora de los palestinos es algo de lo que no se habla lo suficiente, después de todo, como dijo Cherien Dabis en la rueda de prensa, “la ausencia es algo con lo que viven los palestinos”. Y es que a pesar de la solidaridad que se ha encontrado a su paso por diferentes festivales, incluyendo el FICM, la cineasta asegura que para muchos desposeídos “Palestina sigue siendo una idea, un sueño”.

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Dabis es más conocida por sus trabajos para televisión, pero ya había debutado en la dirección de largometrajes con el drama de migrantes árabes en Estados Unidos, Amreeka (2009). Su siguiente película fue May in the summer (2013), puede considerarse una contraparte, ya que habla de una mujer estadounidense que llega a la tierra de sus padres, desatando toda una serie de conflictos culturales.
Mientras que en su nueva película, podría considerarse la suma de las anteriores, ya que la cineasta logra conjuntar los mismos temas añadiendo el paso del tiempo en un espacio geográfico: la discriminación, las diferencias culturales, el odio, la insensatez de la política y el lado humano ante la tragedia.