Todos sabemos que Bruno Díaz, cara oculta del oscuro Batman, es un millonario excéntrico que decidió combatir al mal quizá porque no sabía en qué más gastar su dinero. De tal forma, invirtió su cuantiosa fortuna en lujosos batimóviles, un laboratorio clandestino y hasta adquirió a un joven maravilla.
Ese destino ha ocasionado que mucha gente quiera ser como Batman, pero en Eslovaquia hay lo que se puede llamar la antítesis de Bruno Díaz, pues Zoltan Kohari reencarna al hombre murciélago desde su propia pobreza. Es un extraño hombre de 26 años quien habita en edificios abandonados de Dunajska Streda, distrito ubicado al sur de Bratislava.
Como este curioso encapuchado no tiene los recursos para combatir a criminales de su ciudad, se conforma con ayudar a los vecinos en sus tareas cotidianas: carga las bolsas del super, echa la mano si un auto está averiado o improvisa conocimientos de plomería en caso de repentinas fugas. A cambio, recibe algunas propinas que le ayudan a romper el ayuno.