Por Mar Proud
Cuenta la leyenda que en la Gran Bretaña existe el verano. Después de 7 años y medio viviendo en Inglaterra, yo aún tengo mis dudas.
Ahora mismo se pueden ver en todos los aparadores de las tiendas mercancía alusiva al verano. Desde trajes de baño, vestidos de lo más escotados y sombreros para protegerse del sol, hasta cremas con el más alto filtro UV y lentes obscuros.
Cabe recalcar que ahora mismo hemos vivido bajo el agua, con lluvias que no paran durante días y el calor sigue siendo el gran ausente en nuestro gran verano Británico. Sí han habido esporádicos días «soleados», mismos que aprovechamos al máximo todos los que vivimos en este hermoso país.
Digamos que el sol en este lado del hemisferio es una especie de fenómeno extra-natural que hay que celebrar cuando se dé sin pensarlo dos veces. Sí, los días soleados y calurosos son la cosa más anhelada y cuando suceden, todos sacan sus asadores, neveras y sillas de playa, ¡y que se arme la pachanga!
Justamente el sábado pasado nos reunimos con un grupo de amigos en la azotea de una pareja de españoles en donde tenían el balde más grande de sangría que he visto. Probablemente eran 30 litros entre vino tinto, martini y vodka con un toque de jugo de naranja y claro, su respectiva fruta remojada por horas en el delicioso elíxir de la felicidad.
Se podía escuchar la música de los vecinos de los edificios aledaños y el olor a carbón y salchichas quemadas cubría todo Londres como insistente perfume. Al final de la noche, todos parecíamos camarones, porque claro, aunque el sol nos quemaba no queríamos ni podíamos dejar de disfrutarlo, ¡qué locura!
Este fin de semana esperamos con ansias locas que el fenómeno climático se repita para poder tener otro pretexto para festejar como si el mundo se fuera a acabar. Me parece que no sería buena idea que en Inglaterra hubiera sol todo el año. Además de que no están diseñadas ni las personas, ni las casas para soportarlo, no existiría el gran verano Británico.
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