Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia (Birdman o the unexpected virtue of ignorance, 2014), fue la función de inauguración de la 12da. edición del Festival de Cine de Morelia. La cinta es el quinto largometraje que dirige el mexicano Alejandro González Iñárritu (que ahora firma Alejando G. Iñárritu), la obra ha recibido buenos comentarios en los días previos a su estreno en los Estados Unidos, incluso se habla de su protagonista, Michael Keaton, como uno de los posibles candidatos para la próxima entrega de los premios Oscar.
Por Armando Casimiro Guzmán
Riggan Thompson es un actor que ganó fama a principios de los años noventa interpretando a Birdman, un personaje de comics muy popular en la época. Pero años después, Riggan intenta sacudirse al personaje alado montando una ambiciosa obra de teatro en Broadway, al tiempo que intenta recuperar la credibilidad de los críticos, sus colegas y su propia familia. La obra en cuestión no es otra es la adaptación del libro de relatos De que hablamos cuando hablamos de amor, posiblemente el trabajo más reconocido (y el más polémico también por cuestiones extra literarias), del escritor estadounidense Raymond Carver.
La película se presenta sin cortes aparentes en un largo, complejo y brillante (trucado también), plano secuencia con una cámara que sigue a sus personajes a través de los pasillos y el escenario de un intrincado pero entrañable teatro neoyorquino. En tono de humor negro Birdman nos lleva en un delirante recorrido por la búsqueda de aceptación y reconocimiento de un personaje que lucha con su pasado mientras una acechante voz interior le pide que vuelva a vestir el traje del superhéroe emplumado.
La producción se las arregló para conseguir un elenco de primer nivel, Michael Keaton en un regreso espectacular, aprovecha su experiencia en el cine de superhéroes con la autoestima suficiente como para reírse de sí mismo. El resto del elenco conformado por Edward Norton (otro que ha formado parte de las adaptaciones de cómics), Naomi Watts (en su segundo trabajo bajo las órdenes de González Iñárritu), Emma Stone y Zach Galifianakis, no se queda atrás en este panorama dramático y cruel, pero eso sí, muy efectivo.
Birdman no es solo un filme que aborda la búsqueda de amor y el reconocimiento (“tú confundes la admiración con el amor”, se queja amargamente su ex esposa), también nos ofrece un recorrido por la fama inmediata y fugaz que ofrecen las redes sociales, el dudoso papel que juega la crítica en el posible éxito o fracaso de una obra teatral (“Haré que tu obra salga de cartelera” dice el personaje de Lindsey Duncan); así como el encasillamiento al que se someten algunos actores que deciden entrar al juego de los blockbusters.
A pesar de algunos bajones ocasionales, sobre todo en aquellos donde el protagonista echa a volar (literalmente) su imaginación, Birdman cuenta con los elementos suficientes para hacerla una obra disfrutable para los amantes del humor negro. Seguramente no será del agrado de todos, pero ciertamente es una de las mejores (¿acaso la mejor?) película que nos ha ofrecido González Iñárritu, después de los desvaríos melodramáticos, quizás intensos, quizás exagerados, de sus trabajos anteriores.