Uno de los mejores cortometrajes en la primera jornada del Animal Film Fest (AFF) fue Bloody glamping. Con altas dosis de humor e ingenio, nos cuentan la historia de una vampira que sin proponérselo demasiado, impide la realización de un proyecto turístico en una zona boscosa. De la importancia del humor como vehículo para temas serios y de las coincidencias con Hundreds of beavers, platicamos con Yannic Solís, después de su participación en el festival.
¿Cuál es el origen de este cortometraje?
Bloody glamping es el resultado de participar en el rally 48 Hour Film Project, el cual es esencialmente un rally para hacer un cortometraje en dos días. Ahí te dan algunos elementos que debes respetar y que tienes que incluir en el guion, en este caso por ejemplo, fue meter una mochila y el diálogo “desde el amor o desde el miedo”. La cancha es muy grande, puedes hacer muchas cosas con esos elementos.
Yo soy realizador, formo parte de una compañía que se llama Ópera Cinema, nosotros hacemos óperas completas entre tres y cuatro días, tomamos la historia, hacemos películas sincronizadas con la música y luego las proyectamos en vivo con cantantes de ópera. Siempre lo hacemos en el estilo de cine silente, en blanco y negro, lo único que no habíamos intentado era hacer un proyecto puramente cinematográfico, con las mismas características. Con toda esta experiencia que ya teníamos decidimos intentarlo en el rally, el resultado fue Bloody glamping y estamos muy contentos.
Mientras veía tu cortometraje me di cuenta de ciertas similitudes con el largometraje Hundred of beavers de Mike Cheslik. ¿Cómo surgieron estas coincidencias estilísticas? Recordemos que ambas películas se rodaron casi al mismo tiempo.
Me encanta que me hagas esa pregunta porque nosotros somos muy fans de Hundreds of beavers y creo que no es una película tan conocida, aunque debería serlo, es muy divertida. En efecto el estilo se parece muchísimo, la verdad fue una coincidencia porque nosotros llevamos trabajando en este proyecto desde hace más de seis años y la película de Cheslik es muy reciente. Obviamente se parecen mucho en que ambas son muy chistosas pero también en que las dos se resuelven con ingenio.
Nosotros siempre hemos pensado que no se vale decir “esta idea no se puede hacer” sino más bien pensar en cómo la haremos. Tenemos que pensar en que la gente esté dispuesta a creer en lo que ve en la pantalla, que esté dispuesta a entrarle a la historia y a las reglas del juego. Es una cosa que ambas producciones tienen en común y que a nosotros nos gustaría seguir utilizando. De hecho estamos pensando en hacer un largometraje, que a partir de esta misma estética, con este estilo de puro ingenio, pero con elementos muy mexicanos. Si bien Hundreds of beavers es una gran película, a mí me gustaría ver algo así, pero muy mexicano.
¿Qué sigue para Bloody glamping? ¿Continuará en el circuito de festivales y foros alternativos?
Ahora mismo, seguimos festivaleando, en los próximos días se proyecta en Oculto Film Fest, que se hace en El Paso, Texas y en Laredo. También buscamos más espacios en el cine de terror donde nos puedan alojar. La ventaja de nuestro largometraje es que nos pueden ver tanto en festivales de terror como en los de comedia. Hace un año del rally y en estos meses estuvimos en festivales nacionales, nos encantaría entrar en Macabro, que es en marzo del año que viene, vamos a ver si se hace y el plan es continuar después con festivales internacionales, ver hasta dónde podemos proyectarnos.
¿Qué tantas posibilidades te ofrece el humor en el cine de género?
Yo creo que bastantes: el humor es un vehículo para contar ideas complejas. Tal vez no se siente que nuestro cortometraje tenga una carga de crítica social, pero si le pones atención puedes ver que debajo sí hay algo de eso. Hablamos de una corporación que está intentando construir un glamping en un sitio natural y en nuestro corto la vampira se encarga de que esto no suceda. A veces quisiéramos que así fuera, porque muchas veces este tipo de proyectos se realizan de manera injusta e irresponsable.
No estamos realizando un corto de protesta pero tocamos temas bastante profundos que pueden hacerse más leves con el humor. Creo que el humor es una emoción que sirve para empatizar entre nosotros. Esta idea de que el cine de comedia tiene menos mérito creo que está mal, creo que podría usarse más el humor en el cine. Además no es algo tan fácil de hacer, lograr que algo te haga reír y que tenga una propuesta es complicado, pero espero que lo hayamos logrado con nuestro cortometraje. Para terminar, yo invitaría a los realizadores a que intenten utilizar más el humor en sus historias, no importa a que género le estén entrando.