Por Armando Casimiro Guzmán
Largamente esperada por muchos fanáticos, llegó por fin la esperada película Los Vengadores (The Avengers, 2012), que curiosamente se estrenó en nuestro país (y buena parte del mundo), una semana antes que en los Estados Unidos. El encargado del proyecto, fue el norteamericano Joss Whedon, a quien conocíamos únicamente por sus trabajos para televisión (Glee, The Office y Buffy la cazavampiros, por ejemplo), pero que desde hace tiempo se había declarado seguidor de los héroes de Marvel.
El proyecto intenta amalgamar de manera más o menos coherente (aunque se siente muy forzada en la mayoría de las veces), todas las películas que se han filmado por separado de cada uno de los superhéroes: Iron Man I y II (2008 y 2010), Capitán América (Captain America: The first avenger, 2011) y Thor (2011). Mención aparte merece el caso de Hulk, de quien se hicieron dos versiones, la primera en el 2003 a cargo de Ang Lee (que no resultó del agrado de los productores) y una más reciente en 2008 de Louis Leterrier, con Edward Norton como protagonista. Por cierto, Norton fue el único que declinó participar en esta reunión (motivos económicos, dicen), y su lugar fue ocupado por Mark Ruffalo.
La historia no se diferencia gran cosa de las películas de El Santo: un villano muy malo quiere dominar la Tierra, así que el mundo recurre a unos superhéroes, muy buenos y desinteresados, que con sus poderes salvarán al planeta. Claro, en el medio de todo esto, hay espectaculares peleas, explosiones, unos monstruos feos y malos, diálogos motivacionales y lecciones de vida: “sólo había que darles un empujón”, recita orgulloso Nick Fury (Samuel L. Jackson).
La película es un repaso de todo lo que nos han mostrado ya las películas de Marvel (incluido el típico cameo de Stan Lee, quien es co-creador de los personajes). De hecho la estructura del guión de Los Vengadores, es básicamente la misma que tenían las viejas series de caricaturas que se exhibieron en nuestro país en los años ochenta y que incluían a los mismos protagonistas. La única novedad es el gran esfuerzo desplegado para tratar de unir a todas las anteriores películas de los superhéroes con el fin de crear un único universo de ficción. Como colofón, al final de los créditos se agrega una escena que asegura la continuidad de la saga.
No entiendo el entusiasmo con el que ha sido recibida una película que a duras penas se sostiene con el carisma de Robert Downey Jr. y la voluptuosidad de Scarlett Johansson. En general no comparto el delirio que generan las cintas de superhéroes, que salvo el Batman returns (1992) de Tim Burton y The dark night (2008), de Christopher Nolan, son por lo general insufribles y rutinarias. Ofreciendo solo más de lo mismo, Los Vengadores es un producto exclusivo para fans, les da exactamente lo que quieren, aunque quizás no sea lo que merecen. Un último comentario: la proyección en 3D es absolutamente intrascendente.
Sin hacer mucho ruido, llegó la nueva cinta de animación stop-motion de los estudios Aardman, Piratas, una loca aventura (The pirates! A band of misfits, 2012), de los directores británicos Jeff Newitt y Peter Lord, a éste último ya lo conocíamos por la ya lejana Pollitos en fuga (Chicken run, 2000).
Piratas, una loca aventura fue un proyecto que permaneció congelado durante muchos años, y solo a partir el éxito económico de Piratas del Caribe, fue que se decidió retomar el proyecto. El filme condensa un par de novelas de Gideon Defoes: The pirates! In an adventure with scientists y The pirates! In an adventure with whaling. En la cinta, nos presentan a un bucanero con el poco original nombre de Pirata Capitán, que ha sufrido años de humillación por sus intentos fallidos para obtener el título de Pirata del Año. Mientras el jefe y su pandilla se encuentran en la malograda búsqueda de un cuantioso botín para acceder al galardón, cruzan su camino con el científico Charles Darwin, quien a bordo del Beagle busca especies exóticas para llevarlas a Inglaterra con la finalidad de lograr la admiración de la regordeta reina Victoria, quien se declara como enemiga acérrima de los piratas.
La trama, de la que no vamos a revelar más, parece estar basada en la poco conocida Gourmet of Glutton Society, que aglutinaba una serie de influyentes personalidades de la comunidad británica del siglo XIX, quienes se reunían para degustar platillos preparados con búhos, periquitos australianos, armadillos y cualquier otro animal que se les ocurriera. El famoso Charles Darwin era un asiduo asistente a esos banquetes.
Entre los personajes mejor logrados se encuentran además del protagonista, el Pirata de las Curvas Sorprendentes y Mr. Bobo, un chimpancé que se comunica a través de una curiosa serie de tarjetas escritas. Las voces para la versión en inglés son de Hugh Grant y Salma Hayek, desgraciadamente esto solo se podrá escuchar en el formato de video, ya que la inmensa mayoría de copias que se exhibieron en nuestro país son dobladas al español.
Piratas generó cierta polémica por una escena en donde el Pirata Capitán aborda un barco de leprosos, la comunidad de enfermos de lepra del Reino Unido pidió que se suprimiera dicha imagen por considerarla ofensiva, finalmente después de algunas pláticas los productores decidieron eliminarla de los trailers para evitar más roces con la asociación.
Es curioso que en nuestro país se haya catalogado como una cinta infantil, cuando en el resto del mundo se le clasificó como apta para adolescentes y adultos, debido al lenguaje y algunas escenas violentas. De hecho, contiene un sinnúmero de referencias que resultan incomprensibles para los niños, aunque igual se divierten. Sin ser una gran película, Piratas, una loca aventura entretiene a pesar de ser predecible y simplona. Tiene cierto encanto british que la hace atractiva aún para quienes no disfrutamos de los filmes infantiles. Por si fuera poco, contiene un par de buenas canciones de The Clash y Supergrass, eso ya es ganancia.
Una de las sorpresas más inesperadas de lo que va del año es la comedia juvenil Comando especial (21 Jump Street, 2012), co-dirigida por los norteamericanos Phil Lord y Chris Miller, a quienes conocíamos solamente por la cinta animada Lluvia de hamburguesas (Cloudy with a chance of meatballs, 2009) y que actualmente preparan un proyecto en conjunto basado en animación de figuras armadas con Lego.
Comando Especial se estrenó en España con el más acertado título Infiltrados en clase y está basada en una serie de televisión de los años ochenta que nadie a quien yo conozca recuerda haber visto. Aquí tiene lugar la típica pareja dispareja: el galán de la prepa, engreído pero muy tonto y el nerd gordo e inseguro, que se unen años más tarde en la academia de policía y se vuelven inseparables. Debido a su torpeza y su apariencia “juvenil”, los dos inexpertos policías son enrolados por un extraño escuadrón del orden que tiene su sede en la dirección del título. Disfrazados como simples estudiantes, son infiltrados en una preparatoria de Los Ángeles para detener el tráfico de una nueva droga sintética.
Si uno consigue dejar de lado lo ridículo de la trama y la enorme cantidad de lugares comunes, es posible pasar un buen rato en la sala de cine. Channing Tatum (a quien usualmente habíamos visto en comedias románticas) y Jonah Hill (un tanto demacrado después de haber perdido más de 20 kg. para representar el papel) hacen una buena pareja. Tiene momentos verdaderamente graciosos (como aquellas explosiones que no llegan), se burla de sus propios clichés (“un jefe de policía negro y gritón, ¿se puede ser más cliché?”, vocifera Ice Cube sobre sí mismo) y tiene algunos cameos inesperados que le dan un extra al filme.
Comando especial está lejos de ser un trabajo perfecto, por ejemplo, hay varios personajes que no terminan de desarrollar (se nota que cortaron mucho en la edición), el guión es verdaderamente absurdo y por si fuera poco, amenazan con hacer una segunda parte, que se antoja completamente innecesaria. Pero al menos la película tiene la fortuna de no tomarse demasiado en serio, y a diferencia de la gran mayoría de las comedias que nos llegan de California cumple lo que promete: un par de horas de diversión y nada más.
Con opiniones encontradas ha sido recibida la nueva película del británico John Madden, quien ha estado muy activo últimamente y este año nos presenta El exótico hotel Marigold (The Best Exotic Marigold Hotel, 2011). Basada en la novela These foolish things, de la escritora Deborah Moggach, la cinta había generado gran interés por la reunión de varios experimentados actores bajo la dirección de Madden y por haberse filmado casi en su totalidad en India.
Para ponernos en antecedentes, el director británico es conocido sobre todo por Shakespeare enamorado (Shakespeare in love, 1998) con la que ganó un Oscar. Otros de sus trabajos más conocidos son La mandolina del capitán Corelli (Captain Corelli’s mandolin, 2001) y la más reciente Al filo de la mentira (The debt, 2010), que a la fecha es lo mejor de su repertorio.
El exótico Hotel Marigold congrega a una buena selección de actores maduros Tom Wilkinson, Judi Dench, Maggie Smith y Bill Nighy interpretan a un grupo de jubilados ingleses que por una serie de situaciones diversas se embarcan (aunque de hecho viajan en avión), a la ciudad de Jaipur para hospedarse en el inacabado hotel del título. La búsqueda del amor, la sed de aventuras, la pérdida de los ahorros para el retiro o una operación de cadera más económica llevan a los veteranos personajes a enfrentarse a un país caótico y lleno de color. De manera paralela, nos dejan ver la complicada relación del joven manager del albergue (Dev Patel a quien conocimos en Slumdog millionaire), con su liberal novia y su madre extremadamente conservadora.
Algunos giros interesantes en la historia y el gran trabajo de los veteranos actores logran que no se pierda del todo el interés en las poco más de dos horas que dura la película. Sin embargo, quizás lo más importante sea el recordatorio de que nuestro mundo se está volviendo un lugar de ancianos. El descenso de las tasas de natalidad y el aumento de la longevidad, se conjugan para elevar la expectativa de vida sin que esto implique una mejora en la calidad de la misma.
Con tantos personajes era evidente que algunas historias perderían peso al final. Por si fuera poco, Madden no evita caer en la tentación de mostrar la típica situación de los personajes que se encuentran en un entorno muy diferente al que están acostumbrados. El imberbe dueño del hotel, interpretado por Dev Patel resulta sobreactuado y antipático. Además los estereotipos aparecen por montones a lo largo de la película y desgraciadamente la cursilería ocupa un espacio importante en su estructura.
Aunque por momentos recuerda un poco a la infame Comer, rezar y amar (Eat, pray, love, 2010), lo cierto es que El exótico Hotel Marigold sale mejor librada. La película de Madden sobrevive gracias al excelente grupo de actores quienes nos obligan a esperar hasta el final de la función, claro el tono de comedia también ayuda un poco, pero a pesar de los esfuerzos no deja de ser un producto intrascendente.