Por Jorge A. Amaral
Creado por Robert Rodríguez en 2003 para grabar parte de la música de Once upon a time in Mexico, conocí este proyecto musical gracias a “Malagueña salerosa”, la versión de “La Malagueña” que hicieron para Kill Bill 2 (2004). Siendo una de las canciones más interpretadas en distintos géneros (la he escuchado como huapango, flamenco, son jarocho y hasta rock & roll [recomiendo la versión de Ritchie Valens]), me llamó la atención escucharla con tintes rancheros, sí, pero también aderezada con un poco de surf western.
De ahí mi interés por conocer más de Chingón, comandado por el también cineasta Robert Rodríguez (guitarra) e integrado por Alex Ruiz en la voz, Mark y Rick del Castillo en las guitarras y voces, Albert Besteiro en el bajo, Carmelo Torres en las percusiones y Mike Zeoli en la batería, todos ellos, hay que decirlo, excelentes músicos.
Un tanto con la influencia de Tito & Tarántula, Los Lobos, Tito Larriva y me atrevería a decir que hasta de The Ventures, The Maveriks y The Leftlovers, su álbum Mexican spaghetti western (2004), a manera de reconocimiento a las películas western y la mexicanidad que influyen en su música, al escucharlo estamos frente a un disco completo y uniforme pero no por ello monótono, pues aunque de principio a fin se mantienen en la tónica del rock chicano que se plantean hacer, resulta extraordinaria la mezcla de elementos como trompetas de mariachi, guitarra española, rumba y una lírica que por momentos emula al corrido. Ejemplos de ello son historias como las contenidas en Alacrán y pistolero (con la colaboración de Tito Larriva) o El rey de los chingones, que cuenta la epopeya de un tipo que, como el título lo dice, era un chingón en eso de forjarse a sí mismo, conquistar mujeres y luchar contra los malos, y es que al ser Robert Rodríguez un cineasta, en su música no podían faltar los héroes como los representados en Desperado o en Machete. Como buen discípulo de Quentin Tarantino, ha sabido imprimir en sus películas, además de toda esa sangre bellamente innecesaria, bandas sonoras que marcan un estilo muy particular, lo cual es parte del sello personal de ambos directores.
Se me paró, una excelente y por demás cadenciosa rumba rockera muy a lo Santana, inicia de manera suave pero al final termina en el imponente estruendo de la guitarra eléctrica de Rodríguez y una batería que le hace el juego perfecto. Por otro lado, Malagueña salerosa es el mejor homenaje que esta banda pudo haber hecho a la música mexicana, pues las guitarras y ese ritmo de huapango que pese a los instrumentos eléctricos permanece claro y contundente, la dotan de una emotividad reforzada por el josealfredismo en la voz de Alex Ruiz, que me hace evocar a Enrique Bunbury cuando canta El jinete, de José Alfredo Padrepedas Jiménez. Fideo del Oeste, en la que se basa el nombre el disco, es un surf western portentoso con el que, así como con los discos de Twin Tones o The Revels, dan ganas de cabalgar por el desierto. Severina, en la voz de Patricia Vonne (hermana de Rodríguez), es una evocación flamenca de la visión que algunos chicanos aún tienen de ese México retratado en las múltiples películas de El Zorro, y no hablo sólo de la protagonizada por Antonio Banderas, pues este personaje tiene muchos antecedentes filmográficos. El disco cierra con Cuka Rocka, versión de La cucaracha en la que se pone de manifiesto el virtuosismo de los guitarristas de Chingón. Aunque podría pensarse que está inspirada en Angry cockroaches, de Tito & Tarántula (Tarantism, 1997), en realidad no hay coincidencias, salvo la maestría de los músicos de ambas bandas y las coincidencias en los títulos.
La música de Chingón se puede encontrar, además de en Mexican spaghetti western, en los soundtracks de Once upon a time in Mexico, Kill Bill 2, Grindhouse: Planet Terror, Hell ride y Machete, además del disco Mexico and mariachis. Music from and inspired by Robert Rodriguez’s El Mariachi trilogy, excelente compilación en la que además aparecen temas de Tito Larriva, The Leftlovers, Los Lobos, The Cruzados y The Iguanas.
La recomendación de la semana
Para terminar y ya que andamos en estas ondas chicanas, mi recomendación de la semana es un disco de excelente jazz con toques latinos. La banda se llama El Chicano, el disco es Viva Tirado, de 1970, que abre con una excelente interpretación de Cantaloupe Island, autoría del jazzista jamaiquino Herbie Hancock y que fuera popularizada en los 90 por US3 bajo el nombre de Cataloop. Otras piezas geniales de este álbum son Viva Tirado, en honor al torero sinaloense José Ramón Tirado, y que Kid Frost utilizara como base de su emblemática La Raza, del disco Hispanic causing panic, al igual que Sometimes I feel like a motherless child, que el mismo Arturo Molina (Kid Frost) tomó para su canción Mi vida loca. Otras joyas de este disco son las interpretaciones que El Chicano hizo de Light my fire, de The Doors, y Eleonor Rigby, de The Beatles. Mucha guitarra eléctrica, mucho órgano (a la usanza de los 70, que recuerda al jazz de Jimmy Smith) y mucha rumba. Vaya, como diría Don Tosti, líder de Los Pachuco Boogie Boys: buti tirili y mucho swing ese, pa’ que no se agüite.