Con una trayectoria en la dramaturgia, actuación, performance, video, producción, gestión y dirección de escena, Claudia Marín Inclán le apuesta a la multidisciplina como la mejor herramienta en su quehacer artístico. Nacida en la Ciudad de México, se ha destacado por un trabajo intenso desde que fundó el Colectivo Quirófano Escénico, desde donde ha concretado obras como Todo comienza con una mosca, La prenda, Poison 8@m, Rasgos, AFONIA CDMX e Ikuika Noyulo. El canto de mi corazón.
En cada una de ellas hay una mezcla de artes vivas, arte acción, teatro, video, literatura y música, elementos que prácticamente se han vuelto un sello distintivo en su propuesta.
Bajo esa misma idea, ahora prepara un proyecto con miras a crear un dispositivo interdisciplinario donde se indague sobre la neurodivergencia, la discapacidad y la diversidad humana. Además, se propone generar laboratorios creativos con población diversa en torno al movimiento y lo sensorial.
A partir de vivencias personales, Claudia señala que la diversidad nos conduce a una construcción humana desde la colectividad. Es, también, una oportunidad para cuestionar la idea de productividad y a vivir desde un tiempo con paciencia y escucha, así que desde su óptica, los procesos que viven las personas neurodivergentes y con discapacidad no pueden responder a la inmediatez de los “normales”.
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