Por Francisco Valenzuela
Segunda Parte: El francés que fue presidente en México
Cuando ingresé a la universidad estaba fresco el asesinato de Colosio, los zapatistas tenían el apoyo de los intelectuales pero el repudio de muchos medios de comunicación, quienes los tachaban de ser organizados por extranjeros. (Antes los indígenas, hoy los jóvenes; para esos medios todos somos unos títeres).
Con muy poco presupuesto familiar, me las ingeniaba para comprar La Jornada, donde se publicaba de forma íntegra los comunicados del subcomandante Marcos, el encapuchado que usó las armas una semana para luego cambiarlas por las metáforas donde acusaba al mal gobierno de ignorar a los indígenas, “a los tzotziles, a los sin rostro, a los murciélagos de la selva”. El entrecomillado seguro no es preciso, pero esa era la idea del guerrillero, conquistar con las palabras y dejar del lado los fusiles de bajo poder.
Esa era la razón principal para comprar el periódico izquierdista de México, pero ya entrado en sus páginas, leía constantemente a columnistas que escribían sobre José Córdoba Montoya, jefe de la oficina presidencial. Tal era su nombre y cargo de forma oficial, aunque los analistas lo llamaban Joseph Marie Córdoba Montoya, decían que era francés y le atribuían mucho poder, mucho, demasiado, casi todo. Ese señor era, para decirlo con todas sus letras, el poder tras el trono de Carlos Salinas. Ninguna decisión podía tomarse sin consultarle –nos decían los enterados de La Jornada– y la política económica, las políticas públicas y el modelo social salinista eran más bien cordobistas.
Me intrigaba que existiera un personaje así, un villano de película. Un superdotado que se convertía en un mito. ¿Joseph Marie Córdoba Montoya era una figura mediática?: No. ¿Joseph Marie Córdoba Montoya era entrevistado por la televisión, la radio o los diarios?: Nunca. ¿Joseph Marie Córdoba Montoya ofrecía conferencias de prensa?: Jamás. El oscurantismo era su fuerte; decían que nadie podía ver a Salinas de Gortari sin antes ver al francés, de cuya vida, por cierto, no se sabe casi nada. Siendo uno de los extranjeros más influyentes y poderosos en México, sería lógico que halláramos su biografía en Wikipedia, pero, adivinen: No, no hay nada, absolutamente nada.
Así que su biopic es un tanto imprecisa. Se dice que es hijo de españoles que emigraron a Francia durante la dictadura franquista. No está –dicen- identificado con una ideología en especial, es doctor en Economía pero poco se sabe de dónde egresó ni en qué momento llegó a México.
Calvo y delgado, ha sido fotografiado en contadísimas ocasiones y sin que se dé cuenta. Al parecer detesta ser captado por cualquier cámara y se dice que cuando alguien osa en disparare un flash entra en ira total.
Joseph Marie Córdoba Montoya –nos cuentan los periodistas más informados– ejerció todo el poder durante el sexenio salinista y decidió la sucesión presidencial. Primero aprobó la candidatura de Colosio, a quien sin embargo le puso una serie de condiciones, entre ellas la de nombrar a Ernesto Zedillo como su coordinador de campaña. Después –nos narran estos mismos enterados– rompió con el candidato y desde su elegante y oscura oficina se enteró del asesinato ocurrido el 23 de marzo de 1994. Tocando el filo de sus anteojos –eso lo imagino yo– daría la orden natural: el sucesor de Luis Donaldo es Ernesto Zedillo.
Sobre Joseph Marie Córdoba Montoya pesan todo tipo de acusaciones y milagritos. Que si él orquestó el asesinato de Colosio, que si él mandó matar al cardenal Posadas Ocampo y al secretario priista José Francisco Ruiz Massieu. Que si pactó con Zedillo y Fox para permanecer impune, que si traicionó a Salinas de Gortari sacrificando al hermano incomodo, de nombre Raúl, llevado a la cárcel en tiempos zedillistas.
Que si está ligado a la ultraderecha y vive en Guadalajara, donde toma decisiones en el oscuro Yunque, brazo ultranacionalista de los Tecos.
Y lo más importante, e intrigante: ¿Joseph Marie Córdoba Montoya, el presidente de facto durante el periodo salinista, está detrás de la campaña de Enrique Peña Nieto?
Mañana: Colosio, la película.
Fotos: 1. Tomada de la página Colosio la película y 2. Archivo del verdadero Córdoba Montoya.