Hubo un tiempo en el que México fue declarado un país socialista, un país donde la ciencia era el punto principal de la educación y la recuperación de los recursos hacía ver a nuestra nación como una promesa emergente. Pero como les pasa a las futuras promesas, con el tiempo, sin dar continuidad a los proyectos planificados, no llegan a ningún lado.
Este periodo del que hablo fue presidido por Lázaro Cárdenas, presidente que entró al combate en la Revolución a una edad muy temprana. Polémico por casos de corrupción y violencia, pero que también dio aportaciones históricas a un proyecto de nación utópico y a la fecha insostenible. Por esta razón, y conmemorando el mes del aniversario luctuoso de Plutarco Elías Calles… que también es el de Lázaro Cárdenas (el mismo día), es momento de recordar tres proyectos que implementó el cardenismo en México y que no son la expropiación petrolera:
Legalización de las drogas
Leopoldo Salazar Viniegra era un médico mexicano egresado de la UNAM, quien luego de terminar su carrera fue a Francia para estudiar la especialidad en psiquiatría. De regreso a México y tras varios experimentos con la mariguana, en diciembre de 1938 publicó en la revista Criminalia un artículo llamado El mito de la mariguana. Ahí argumentaba que no era posible probar “la psicosis por mariguana” y de la misma forma enfatizó lo improbable que eran los trastornos mentales en fumadores activos de esta planta.
La publicación causó revuelo, pues en ese momento era jefe del departamento de Alcoholismo y otras toxicomanías, y contaba con una posición privilegiada dentro del hospital psiquiátrico La Castañeda (lugar donde vivía). Eso llevó a que el 17 de febrero de 1940 se publicara en el Diario Oficial de la Federación el decreto con el que entraba en vigor el Reglamento Federal de Toxicomanías.
En dicho reglamento se argumenta “que en la práctica ha demostrado que la denuncia sólo se contrae a un pequeño número de viciosos y a los traficantes en corta escala, quienes por carecer de suficientes recursos no logran asegurar su impunidad”, palabras del presidente Cárdenas. Así, los adictos o bien toxicómanos pasaron a ser un asunto de salud pública y no del derecho penal.
En el artículo cuatro de dicho reglamento se autorizaba a algunos médicos para “dispensar” drogas a los toxicómanos. Los fármacos serían distribuidos en centros médicos autorizados y los precios se ajustarían al valor del mercado y regulado por el Estado (toma eso Adam Smith), que era de ochenta centavos, en contraste con las decenas de pesos que las dosis valían en el mercado negro.
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Sin embargo, la medida no logró perdurar más de seis meses. La razón oficial por las que el reglamento se cayó fue la escasez de fármacos derivada de la Segunda Guerra Mundial. Por otra parte, existen personas que sugieren se debió a la presión estadounidense, idea fundada en declaraciones como la del aduanero texano John Buckley, quien se refirió al programa mexicano como “las efusiones de un maldito negro educado”. O mejor-peor, los prejuicios sobre la mariguana por parte de Harry J. Aslinger, jefe del departamento de narcóticos de Estados Unidos, quien sobre la planta llegó a decir: “Esta mariguana hace que las mujeres blancas busquen relaciones sexuales con negros, artistas y otra gente”.
Las políticas estadounidenses de prohibición tuvieron mucho que ver para limitar la exportación de morfina y cocaína en mayo de 1940. De esa forma, sin importar cuánto México mostrara los favorables resultados, la disminución en la delincuencia y la emergente estabilidad social que se construía, Estados Unidos bloqueó las exportaciones de fármacos y la medida fue desechada y olvidada apenas entrado el gobierno de Manuel Ávila Camacho.
Día de muertos
Si bien Lázaro Cárdenas no era como tal quien creaba las ideas revolucionarias de la época, sí acostumbra rodearse de personas muy talentosas como Frida Kahlo, Diego Rivera y hasta un joven Octavio Paz. Un poco parecido a lo que Porfirio Díaz hacía con sus asesores conocidos como Los Científicos, de esa forma un presidente militar impulsó grandes ideas, tomando en cuenta que, para que México fuera potencia, debía existir unidad nacional. No parece haber sido considerada la religión como una forma de cohesión social, en cambio se optó el patriotismo.
Elsa Malvido (1941-2011) señala que los ritos funerarios prehispánicos eran muchos y muy variados, de la misma forma que los ritos católicos y cristianos no permanecían estáticos. La idea de que el Día de Muertos sea una combinación de ambas tradiciones (prehispánica y cristiana) está bastante alejada de la realidad, por lo menos la celebración que conocemos hoy en día.
La investigadora afirma que el Día de Muertos retomó ideas tradicionales, como la de llevar comida a los panteones, pero agregó otras, como los altares que conocemos. La propuesta realizada por los intelectuales parece que tuvo la finalidad de incluir en una tradición las distintas culturas mexicanas, dando una apariencia de “antiguo” a lo reciente. Algo así como cuando Pascual Ortiz Rubio hizo que Quetzalcoatl entregara regalos en Navidad sobre una pirámide para que los niños olvidaran a Santa Claus.
La medida del cardenismo funcionó bastante bien, porque la idea generalizada sobre el día de muertos es que lo practicaban las culturas mesoamericanas… no importa cuál, al parecer.
Apoyo a la guerra civil española
Quizá un acto por el que más recordamos al Tata es el apoyo a varias familias españolas, dándoles refugio en Morelia cuando la guerra civil española estalló, pero recibir a los extranjeros no fue lo único que hizo por los españoles.
Ahora, algunos detractores del cardenismo tratarán de rememorar con despecho la ocasión en que, entre las arengas del 15 de septiembre, Cárdenas dijo “Viva la República española”. Pero eso sería solo tomar en cuenta las palabras y no el contexto. El apoyo ofrecido por parte de México respondía más a un estatus ideológico, pues la misma República española había ayudado a nuestro país para entrar en la unión de naciones en 1931: ambos países eran izquierdistas y mantenían una buena relación.
Al inicio de la guerra, el PNR (abuelito del PRI) comparó el golpe Estado franquista con el golpe de Estado que ocasionó la Decena Trágica, de forma que Cárdenas envió desde el puerto de Veracruz rifles y municiones… el problema era que la producción de rifles de México no alcanzaba para satisfacer las necesidades armamentísticas de los ibéricos.
En un momento en el que nadie quería vender armas a la República española, México le tendía la mano, pero no solo era una cuestión política, sino que el enfrentamiento civil de los españoles penetró fuertemente en las disputas ideológicas y cotidianas de los mexicanos: en los cines. Paramount News y Movietone Newsreel proyectaban escenas de la batalla española, y en las universidades los alumnos se peleaban por la polarización que se vivía.
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Como dije, las capacidades armamentistas de México eran limitadas, por lo que Cárdenas decidió actuar como intermediario y conseguir los insumos para la República española. El principal proveedor de dichas armas sería Estados Unidos, pero el presidente Roosevelt no estaba de acuerdo con el movimiento. Quizá fuera la simple idea del socialismo mexicano y español, que no le agradaban, pero el presidente del país vecino argumentó que existía un Tratado de neutralidad en el que tanto México como Estados Unidos estaban obligados a permanecer alejados del conflicto.
Cárdenas respondió que no apoyar a las “autoridades constitucionales de un país amigo” para terminar con una revuelta interna no era un acto de neutralidad, sino todo lo contrario, el no hacer nada era intervenir en favor de los rebeldes, en este caso, franquistas. Aunque el razonamiento de Lázaro fuera correcto, Estados Unidos había tomado una decisión firme. México no pudo continuar con el apoyo de la misma forma. La guerra civil española concluyó y Lázaro Cárdenas salió de la presidencia para dar lugar al último presidente militar: Manuel Ávila Camacho.
El cardenismo es recordado bajo un lente empañado. La ficción supera a la realidad y obliga a que pensemos en los eventos históricos como si se tratasen de una película con buenos y malos. Lázaro Cárdenas no debe pertenecer a ninguna de esas categorías. Ni fue el mejor presidente de la historia, ni tampoco el villano rojillo que suele pensarse, tan solo el presidente de un país que necesitaba cambios urgentes y radicales, y eso fue lo que hizo: atreverse a retar un sistema, para imponer otro.
Referencias:
Lázaro Cárdenas a Isidro Fabela, 17 de febrero de 1937. Lázaro Cárdenas, Epistolario de Lázaro Cárdenas (presentación de Elena Vázquez Gómez). Ciudad de México: Siglo Veintiuno Editores, 1974, vol. I, pp. 292-293.
Lida, C.E. (2009). Caleidoscopio del exilio: actores, memoria, identidades. El Colegio de México
Reglamento general de toxicomanías. Diario Oficial de la Federación 17 de febrero 1940
Ricart, C. A. P. (2021). Estados Unidos frente a la promulgación y suspensión en México del Reglamento de Toxicomanías de 1940. Foro Internacional, 649-686. https://doi.org/10.24201/fi.v61i3.2775
El origen del Día de Muertos. (2023, 20 octubre). https://inah.gob.mx/especiales-inah/articulos/el-origen-del-dia-de-muertos
Revah, M. O. (2009). La guerra civil española en México. Casa del Tiempo, 2(24), 123-128. https://biblat.unam.mx/pt/revista/casa-del-tiempo/articulo/la-guerra-civil-espanola-en-mexico