A ritmo de rocanrol (sí, así en castellano), cerró la segunda jornada de largometrajes mexicanos del FICM con la comedia Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero, segundo largometraje del director capitalino Gustavo Moheno.
A este director lo recordamos por la pobre versión que nos ofreció en el 2007 de Hasta el viento tiene miedo, cinta clásica de género, original de Carlos Alberto Taboada.
Un texto original de Carlos Enderle sirvió como base para elaborar el guión de lo que sería la nueva producción de Gustavo Moheno, después de trabajar en ello durante un par de años, se consiguieron los recursos necesarios para empezar a rodar y darle vida al cincuentón Eduardo Reynoso (alias Eddie Reynolds), un rockero frustrado metido a grupero (como tantos otros), que tras enterarse que Bono (¡el de U2!), quiere comprar una de las canciones que grabó en la adolescencia, decide reunir a todos los integrantes de su vieja banda para revivir viejas glorias.
En el camino deberá librar una serie de batallas: contra su ego, su inmadurez y su vieja rivalidad con Santos, el virtuoso guitarrista de la agrupación. Al término de la función de prensa se dieron cita los actores Sebastián Zurita, Damián Álcazar, Dolores Heredia, Jorge Zárate, Álvaro Guerrero y Vico Escorcia, además del director, para hablar sobre la película. Todos ellos se mostraron muy agradecidos por la oportunidad de participar en el proyecto.
Álvaro Guerrero contaba que vio cumplido uno de sus sueños de toda la vida: ser baterista de una banda, mientras que Jorge Zárate aseguraba estar muy feliz de que su personaje no muriera en la historia, como casi siempre le sucede. Por su parte el director Gustavo Moheno, habló de su incursión en el género: “me fascina la comedia, es tan difícil como el terror, además es un asunto de rebeldía… es la manera en como los desvalidos se pueden enfrentar al sistema”.
El actor Sebastián Zurita, quien además toca la batería en una banda llamada White Frame, aseguró (de manera un tanto aventurada), que la película es también una crítica a la forma en que se comercializa actualmente la música, al fracaso de las disqueras que han propiciado involuntariamente el surgimiento de proyectos independientes que evitan someterse al riguroso filtro de las compañías transnacionales. Habrá que esperar un buen rato para ver esta película en cines, ya que se tiene proyectado que aparezca en cartelera hasta agosto de 2015.
Damián Álcazar, el estelar de la propuesta, insistió que Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero, no es una simple comedia chambona, que toca temas más importantes como la amistad, las segundas oportunidades y la recuperación de la vitalidad juvenil, pero una película en la que aparece un doble de Bono, comprando un EP con un tema llamado Cheve en la fiesta y una banda de rucos cuyo mantra para entrar al escenario es “nos ven y se mojan”; simple y sencillamente no puede tomarse tan en serio. Tal vez no sea material para festival, pero a quién le importa cuando se encienden las luces y empieza a chillar la guitarra al ritmo de Larga vida al rock. ¡Yeah!