Por Armando Casimiro Guzmán
Uno de los estrenos internacionales más esperados del Festival Internacional de Cine de Morelia ha sido Amor (Amour, 2012), dirigida por Michael Haneke. La película resultó ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes en su más reciente edición, lo que representa el segundo galardón de este tipo para el director germano-austriaco.
Una pareja de ancianos viven en un cómodo retiro después de una vida productiva como maestros de música. Un día, después de sufrir una apoplejía, la esposa queda con una parálisis parcial lo que la obliga a recibir atención especial para su condición, esta situación irá empeorando paulatinamente poniendo a prueba el amor existente entre los dos.
Contando con un sólido reparto: Jean-Louis Trintignant, como el devoto esposo, Emmanuelle Riva como su pareja y como la desubicada hija de ambos, Isabelle Huppert. Haneke demuestra su oficio al plantear un dilema moral sin aportar ninguna solución establecida, en donde la escalada del sufrimiento de los protagonistas obligará a tomar una solución poco convencional y de resultado ambiguo.
Hace mucho que no veía a tantas personas llorando en una sala de cine, Amor, gracias a su realismo y su peculiar representación de la violencia, afecta definitivamente a los más sensibles. Amor puede ser un buen acercamiento a la filmografía del prolífico realizador: La pianista (La pianiste, 2001), adaptación de la novela de Elfriede Jelinek; Caché (2005) y la multipremiada El listón blanco (Das weiße band, 2009), son una buena referencia. La película difícilmente llegará a la cartelera comercial, aún hay oportunidad de verla el miércoles a las 3:00 en el Cinépolis Las Américas.