Desde argentina, una de las instituciones de la música y la literatura infantil en Latinoamérica nos demuestra que se puede componer para niños sin por ello recurrir a lo simplón.
Por Jorge A. Amaral
Luis Pescetti, con un humor inteligente que trata a los niños como iguales pero con quien los papás podemos sentirnos como infantes con la inocencia de sus letras y la blancura de sus chistes, nos ha regalado varios excelentes discos, es por eso que esta semana, todavía bajo los influjos del Día del Niño, la recomendación es Cassette pirata, de 2001, que fue un grabado en conciertos ofrecidos en México.
La forma en que Pescetti hace participar a chicos y grandes en los juegos entre canción y canción, su manera de prender hasta a los más pequeños (como Los Patita de Perro), el ingenio de su lírica, su carisma y su facilidad para hacer que hasta el adulto más solemne forme parte del espectáculo, hacen que Luis Pescetti, además de cantautor, escritor, represente a ese sector de creadores de música infantil cuya versatilidad hace que un adulto la escuche con sus adultos oídos hasta olvidarse de que el contenido está pensado primordialmente para menores.
En esta ocasión no diré cuál destaca de las canciones incluidas en el álbum, todos los tracks están excelentes, incluidos los que son una serie de chistes que Pescetti cuenta para no hacer cansado el espectáculo, tomando en cuenta que los niños suelen distraerse con facilidad, lo que complica que permanezcan mucho tiempo en una butaca, como espectadores pasivos.
Buena opción si usted tiene sobrinos, hijos o ahijados y les quiere acercar buena música, o si usted es un adulto no tan contaminado por la solemnidad.