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El Festival Internacional de Cine de San José Purúa

Tuve una de esas locas ideas que quizá no sea factible llevar a la práctica, porque si lo fuera y su concreción fuera rentable, seguramente ya alguien más lo habría pensado y lo habría hecho, pero entre que sí y que no, aquí está su descripción.

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I

Apenas hace unos días se cumplieron 33 años de la muerte de Luis Buñuel, quien mantuvo durante muchos años —aún cuando ya no residía en México— una cercana relación con Michoacán, a partir del balneario de San José Purúa, en Jungapeo, diseñado por los arquitectos Jorge Rubio y Max Ludwig Cetto Day.

Ahí, refiere el guionista de Buñuel —Jean-Claude Carrière— que desde 1948 se escribieron todas las historias que el cineasta llevó a la pantalla, es decir, de El gran calavera (1948) a Ese oscuro objeto del deseo (1977), pues en Gran Casino (1947) —cuando ya se iba de México y lo llamaron como bateador emergente— no intervino en el guión. Sería ésa, no obstante, su primera película en el país, con la que inició una carrera de 23 largometrajes. Los últimos seis filmes, desde Bella de día (1967), se rodarían ya en Europa.

II

El viernes pasado, luego de platicar con Graciela Guerrero Reyes y Jesús Pimentel Melo, directivos de Cine Qua Non Lab, taller de guión cinematográfico que cada año se realiza en Tzintzuntzan tras seleccionar diez propuestas de todo el mundo, me quedé azorado por los alcances de ese proyecto: ya está vinculado al Festival de Cine de Locarno, en Suiza, y al de Venecia, en Italia; lo reconocen en Cannes y buena parte de realizadores alrededor del orbe quiere participar en él, porque después bajar recursos de organizaciones y programas de gobierno de sus países, es mucho más fácil. Quienes salen del taller tienen casi garantizado que rodarán sus películas, me explicaron Graciela y Jesús.

Hablaron también de vinculaciones con universidades especializadas en cine de los Estados Unidos y trataron de explicarme con peras y manzanas por qué no hay en todo el continente más espacios como los del Sundance Institute y Cine Qua Non Lab, aunque me dejaron en claro que su proyecto produce más y tiene mayor alcance al final de cuenta en los festivales y salas del mundo que el laboratorio de guión de cine de Sundance, y que ésa es una de las razones para que quieran llevárselo a Brasil y Colombia, y dentro del país a Jalisco, Oaxaca y el Estado de México.

“Cada año nos acercamos al gobierno del estado pero no ha habido apoyo, hace falta que entiendan más el proyecto para que vean que es un producto cultural de talla internacional que tiene un gran prestigio fuera, en los distintos ámbitos de creación y producción y académico”, dijo Pimentel Melo.

III

No es un secreto que Daniela Michel, Alejandro Ramírez y el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) tienen mano en México con el Festival de Cine de Cannes y vínculos con algunos de los mejores festivales de Europa, Sudamérica y Estados Unidos, y que el de la capital michoacana desbancó al de Guanajuato y al de Guadalajara como los principales eventos cinematográficos en el país, ya hace algún tiempo.

¿Sería posible, no llevarse el FICM a San José Purúa, pero sí realizar una extensión? O mejor aún, ¿hacer un nuevo festival de cine en Jungapeo? El prestigio, como dice Víctor Rodríguez en un artículo en Cambio de Michoacán, ya lo tiene el balneario gracias a Buñuel y Bruno Traven, “escritor de origen escandinavo que llegó a México en 1923, donde ejerció como buscador de oro y cuyas experiencias las volcó en su obra, entre las que destacan las novelas La rebelión de los colgados y El general, entre otras”.

También destaca Rodríguez que fue en San José Purúa donde se filmó El tesoro de la Sierra Madre (1948), dirigida por John Huston, protagonizada por Humphrey Bogart y basada en una novela del propio Traven.

¿Sería posible que Cine Qua Non Lab mudara para allá su sede, o bien, que hiciera un nuevo programa de guionismo allá, por ejemplo, con jóvenes cineastas mexicanos o latinoamericanos? ¿O que hiciera también un espacio para que directores de todo el mundo realicen residencias de creación ahí para afinar sus guiones? ¿Podría —poniéndonos en tono de ciencia ficción— hacerse algo bajo el formato del Rally del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), una especie de concurso entre los cineastas que ganen la beca de Cine Qua Non Lab para otorgarles recursos para producir la película?

IV

Recordemos que cada año el GIFF abre convocatoria y las universidades de todo el país con carreras en medios audiovisuales o producción de cine envían guiones de cortometraje; de siete a diez son seleccionados y, durante el evento fílmico, un grupo de estudiantes de esas instituciones debe ir a Guanajuato y filmar en un día el guión propuesto, durante otro día tienen que realizar la post-producción y presentarlo el penúltimo día ante el público. El mejor gana el Rally.

¿Podría hacerse en el caso de Cine Qua Non Lab una pequeña cláusula para que aunado al guión de largometraje que cada director pretende filmar haga un pequeño guión para un corto y lo filme en las inmediaciones de San José Purúa en un día? Por ejemplo, en el radio que va de Ciudad Hidalgo a Zitácuaro, o en Agua Blanca o Angangueo. ¿Es posible que en otro día haga la post-producción y que lo presente ante el público de ese hipotético evento fílmico que se realizaría en San José Purúa y con seguridad irían a ver cineastas y asistentes de otras latitudes del país y del mundo?

Eso precisaría infraestructura —hoteles, restaurantes, carreteras—, pero con seguridad darían trabajo a la población; precisaría también tener vínculos —como los del FICM o los de Cine Qua Non Lab—, mas haría más potente la oferta cultural de Michoacán; y precisaría, por último, que el gobierno estatal hiciera suyo el proyecto, pero con alta probabilidad eso incrementaría las ventas de los habitantes y detonaría el turismo que, al parecer, es lo único en lo que piensan para mejorar un poco las condiciones del estado.

Es una loca idea, ojalá fuera posible.

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