Por Alejandra Rosas Armenta
Día de marchas en Morelia: calles cerradas, tráfico concurrido, autos particulares y transporte público tomando vías alternas. Caos. Pasado el medio día, con ese tráfico y el clima fogoso, era de pensarse dos veces querer salir a dar una vuelta al centro de la siempre conflictiva capital michoacana. Pero nada de eso fue obstáculo para las más de 100 personas que asistieron al Palacio Municipal de Morelia a presenciar el quinto día de actividades del Festival de Música de Morelia “Miguel Bernal Jiménez”.
Con piezas de jazz al estilo barroco, el grupo H3A colmó sonoramente el edificio colonial con un concierto donde en algunos momentos se percibía calma y suavidad, otros entusiasmo y alegría, y otros hasta un espíritu rebelde en las resonancias. La forma de interpretación de los músicos no sólo fue proyectada por medio de los instrumentos sino también de ese lenguaje corporal; el movimiento de cabeza al llevar el ritmo por parte de Aarón Cruz con el contrabajo, y la euforia de Adrián Oropeza en la batería, se vio contagiado hacia los espectadores, quienes seguían tanto el ritmo como la melodía de las flautas de pico ejecutadas por Horacio Franco y el acompañamiento de Abraham Barrera con el piano y la clave.
Este deleite dio comienzo a las 13:00 horas, sin embargo, no faltó quien seguramente estuvo afectado por el tráfico y arribó al lugar unos minutos después, viéndose en la necesidad de esperar un intermedio entre pieza y pieza para poder ingresar a apreciar, aunque fuera de pie, la emisión fónica conformada por melodías como “Elocuencia”, “El pintor”, “Primeros latidos”, “Aquel amigo”, “Danilo”, “Por amor al arte” y “Coincidencias”. Ya fuera de pie o sentado, el público se vio privado de tomar registro fotográfico del evento, pues a quien intentaba hacerlo se le acercaba una persona con un gafete de identificación a indicar “señor (a), no puede tomar fotos”. Así, parece que el público no tuvo opción que guardar en la memoria los sonidos que H3A ofreció en una Morelia que se divide entre el arte y el caos de todos los días.