Filmada en 1981 y estrenada en 1983, El mil usos es una película realizada en 35 mm catalogada como una comedia cuyo personaje central de nombre Tránsito, interpretado por el actor Héctor Suárez, retrata la vida de muchos campesinos quienes se ven en la necesidad de migrar hacia zonas urbanas o aun hacia Estados Unidos con la esperanza de mejorar su calidad de vida y la de los suyos (Lara, 2006).
Lo anterior nos permite pensar a El mil usos como una película con una crítica dirigida hacia las políticas sociales y económicas no solamente del gobierno del entonces Presidente de la República, José López Portillo, sino a las políticas centralistas de sus predecesores y a las políticas entregacionistas de sus sucesores.
De lo dicho, dos movimientos sociales dan cuenta: por un lado, la Revolución Mexicana en cuyas demandas figuraban las fuerzas el Sur y cuyo representante, Emiliano Zapata, exigía Tierra y Libertad a través del lema La tierra es de quien la trabaja; y, por el otro lado, el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el 1 de enero de 1994, justo un día después de haber entrado en vigor el Tratado de Libre Comercio.
Así, en El mil usos se pueden observar dos fenómenos que ocurrían y ocurren en la vida cotidiana del país: la migración, tanto interna como externa, y la discriminación social. En la película, aproximadamente en el minuto 9, hay una escena que, a mi parecer, retrata todo el argumento de la cinta. En ella, aparece Tránsito lavando lo que parece una especie de contenedor de plástico y ahí se puede seguir el siguiente diálogo:
Personaje secundario: -No pus yo considero que la tierra debe trabajarse para que produzca, pero pssss si no la trabajas…
Tránsito: ¡Sí! Psss, tú dices tierra porque estás aquí, pero pss la tierra pa´qué, pa qué. Dicen que pronto, dicen que pronto pero pss pronto es nunca, ¿o que si? El agrarismo, el agrarismo sin máquinas ¿qué?, sin semilla y sin agua ¿qué? Sin te presto ¿qué?, ¡tá carajo! Allá, ¿eres alguien? No, allá no eres nada, aquí vienes y eres alguien acá, aquí por eso me vine pa´acá, pal trabajo, pal dinero, pa´ganar dinero seguro pa´, mandar pa´mi casa, pa´mis niños…
En el diálogo es posible identificar los dos temas que, a nuestro parecer, aparecen constantemente a lo largo del film. Hay una demanda de producción agrícola que debería de realizarse, en general, en el sector rural pero al emigrar los campesinos del sector rural al sector urbano- industrial, ésta deja de existir o por lo menos disminuye. Así, la pregunta obligada es: ¿Por qué habrían los campesinos de abandonar su parcela para dirigirse a la ciudad? El mismo diálogo nos da la respuesta: la falta de apoyo financiero para la producción que se traduce en falta de ingreso económico en las familias.
De esta manera, actualmente es observable un fenómeno que ha inundado al campo mexicano. Los campesinos, ahora denominados productores, se clasifican de acuerdo a su capacidad de producción y esta capacidad se revela por la cantidad de tierra que poseen, es decir, número de hectáreas y también por la maquinaria que tienen para producir tal cantidad. Los campesinos que poseen una gran cantidad de tierra pero no maquinaria no son competición para el productor que posee, además de una gran cantidad de tierra, una flota de maquinaria agrícola y de tecnología de punta que le permiten sembrar y cosechar de manera rápida.
En cambio, los pequeños productores no poseen ni mucha tierra ni maquinaria agrícola, a lo sumo son poseedores de fuerza de tracción animal para sus tareas, de tal manera que no hay manera de competir en cantidad ni en calidad de la producción con los grandes productores. Por otro lado, el Tratado de Libre Comercio, firmado entre México, Estados Unidos y Canadá, ha dejado en total desamparo a nuestros productores, pues ahora deben competir con estándares de calidad difíciles de lograr. Así, muchos campesinos se ven en la necesidad de rentar sus tierras para que empresas intermediarias las trabajen.
Más aún, en opinión de José Luis Calva, la integración del sector agrícola mexicano en un tratado de comercio libre debería ser antecedida por un fortalecimiento del mercado interno además de que “la competitividad agropecuaria de dos o más naciones está fundamentalmente determinada por su grado comparativo de desarrollo tecnológico” (Calva, 1998: 401) ante lo cual, según el autor, la superioridad de Estados Unidos y Canadá ante México es notoria. Pareciera que el Tratado de Libre Comercio, lejos de reflejar un estado real del campo mexicano, fuera una máscara más de modernidad, tal como lo expresara el pensador mexicano Octavio Paz (1959).
Aunado o quizá resultado de esta falta de apoyo gubernamental a la que se ven obligados los campesinos termina, casi siempre, en otro fenómeno social: la migración hacia centros urbanos en los que luego desempeñan múltiples actividades como la jardinería, la albañilería o, cuando no hay empleo, pueden terminar relacionados con actividades ilícitas.
Además, relacionado a la migración, la discriminación también es un fenómeno que se cierne sobre los migrantes. El lenguaje popular está lleno de apelativos discriminatorios que hacen referencia a los campesinos, a los indígenas o a cualquier otro grupo “minoritario”. Y es que la sociedad occidental se ha autoproclamado como “la cultura”, y ha promovido su manera de vida dejando de lado o aun desapareciendo toda cultura que es distinta a ella. Lo que sostengo es que la actividad agrícola, cuando no es el proceso acelerado de una empresa productora, cuando es una práctica de autoconsumo o baja venta, conlleva a una experiencia distinta del tiempo que se deja entrever en las prácticas cotidianas de quienes la practican y que es diferente de la experiencia del tiempo que se tiene en la sociedad occidental.
El cine puede mostrarnos realidades fantásticas salidas de las mentes más creativas, pero también puede mostrarnos la realidad política y social de nuestro país. Al mismo tiempo o, por eso mismo, es una vía para transformar nuestra realidad. En El mil usos el cine ha revelado una realidad cruel, podemos ahora nosotros hacer algo para que eso no siga sucediendo, después de todo, como dice un meme en internet: no siempre ocuparás un doctor en tu vida pero diario ocuparás un campesino.
Referencias
Calva, José Luis (1998) La agricultura mexicana frente al cadalso de libre comercio con Estados Unidos y Canadá. En Rey Román, Benito (coord.) (1998) La integración comercial de México a Estados Unidos y Canadá ¿Alternativa o destino? México: Siglo Veintiuno Editores.
Lara, Hugo (2006) Una ciudad inventada por el cine. México: Editorial Cineteca Nacional.
Paz, Octavio (1959) El laberinto de la soledad. México: Fondo de Cultura Económica.