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El Renacido: un relato realista y visceral

Tras sus doce nominaciones a los premios Oscar (entre ellas las categorías más importantes: mejor película, director, actor y actor de reparto), El Renacido (The revenant, 2015), se alza como la gran favorita para la próxima entrega de los premios de la Academia, un certamen que suele ofrecer una selección de títulos poco memorables.

The Revenant
Imágenes: foxmovies.com

La sexta película que dirige Alejandro González Inárritu ha estado en el candelero desde hace muchos meses, cuando comenzó a hacerse público lo tortuoso de su rodaje, así como sus elevados costos de producción que prácticamente se duplicaron hasta llegar a los 135 millones de dólares. Sin embargo, el adecuado manejo publicitario y sus amplias posibilidades de ser premiada con varias estatuillas doradas, han impactado positivamente en la taquilla estadounidense, donde se exhibe desde la última semana de diciembre.

El guión coescrito por Mark Smith y el propio González Inárritu está basado en el libro The Revenant: A novel of revenge (editada en español por Planeta), del escritor y político estadounidense Michael Punke. La obra relata la odisea de un personaje real: Hugh Glass, un cazador y aventurero que en el año de 1823 fue atacado por una enorme osa que casi lo mata en un apartado paraje del actual estado de Dakota del Sur.

Al advertir la gravedad de sus heridas y ante el inminente ataque de los indígenas de la región, sus compañeros deciden abandonarlo a su suerte en ese terreno inhóspito, gélido y remoto. Pero increíblemente, Glass se las arregla para recuperarse y de inmediato busca venganza contra aquellos que lo dieron por muerto.

El interés por llevar la obra de Punke al cine viene de varios años atrás, incluso entre los directores se llegó a mencionar al coreano Chan-Wook Park. Pero fue el mexicano quien al final se sentaría en la silla de director, fascinado por el reto de utilizar los escasos diálogos y los amplios escenarios naturales como un lienzo para plasmar un aparentemente simple relato de venganza y sobrevivencia, que sin embargo puede tener varias lecturas, como la sobreexplotación de los recursos naturales, el colonialismo brutal y el racismo que aun hoy en día se vive en los Estados Unidos.

Buena parte de los elementos sobresalientes del filme dependen de Emmanuel Lubezki, que con la utilización de luz natural y una cámara casi en contacto con los rostros de los personajes, logra transmitir la desolación de los helados bosques, brindando una sensación de feroz cercanía en las secuencias de acción. De hecho varias de sus escenas remiten inevitablemente a una de sus recientes colaboraciones con el cineasta Terrence Malick: El nuevo mundo (The new world, 2005), la cual también toca el tema de la colonización del norte de América. Pero son precisamente los insertos oníricos habituales en el cine de Malick los que no siempre funcionan en El Renacido, ya que en ocasiones se sienten impuestos en vez de una parte indispensable del filme.

Al margen de la cantidad de historias que se han contado al respecto, hay que destacar el trabajo de Leonardo DiCaprio, metido de lleno en la piel de un hombre rústico y violento, que busca la redención en un lugar tan salvaje y agreste, pero visualmente impresionante. Aunque en menor medida, lo de Tom Hardy, como el cínico antagonista también merece un reconocimiento pese a las limitaciones de un personaje menos atractivo.

Es justo decir que la duración parece excesiva, más de dos horas y media pueden resultar demasiado para el espectador menos paciente. También se puede decir que una película de este calibre requería un enfrentamiento final menos convencional. Y es que aunque pretende ir más allá, El Renacido se sostiene mayormente por su relato realista y visceral de la pugna de un hombre, no sólo contra la naturaleza sino contra su misma especie, pero lo hace de una manera tan efectiva, que bien merecería (aunque parece poco probable), la segunda estatuilla consecutiva para su director.

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