Revés Online

El saldo festivalero

Francisco Valenzuela

El Festival Internacional de Cine de Morelia llegó a su fin. Una semana donde hubo de todo: excelentes películas y grandes invitados, y también aburridísimas películas y alfombras rojas ridículas.

Como se reseñó puntualmente en nuestro sitio, la selección de realizaciones nacionales sigue estando cargada de propuestas contemplativas, es decir, historias donde no pasa gran cosa, lo que se sustituye con intentonas estéticas no siempre exitosas. Queda claro, como siempre, que los jurados y el público nunca tendrán los mismos criterios, pues los “expertos” desprecian casi en automático aquellos filmes contados de forma convencional y más aún si estos tienen algún toque de comedia. En resumen: ¡Qué aburridos son los jurados! Por eso no es extraño que quienes pagaron el boleto premiaron a Fecha de Caducidad, disparatada comedia en la que participan Damián Alcázar, Lalo España y Ana Ofelia Murguía, mientras que los señores serios del jurado le dieron el premio a El Premio, que por cierto ya lleva un montón de premios en festivales que dan premios… (Ah, chingá).

Michel Gondry en una improvisada firma de autógrafos

Nadie nos dijo por qué, pero finalmente no vino Emir Kusturika, sin embargo, de último minuto se apuntó Michel Gondry, quien demostró ser muy accesible, aunque un poco tímido y sobre todo sincero en sus declaraciones.  A él se unieron como invitados especiales Béla Tarr, húngaro que ha filmado películas en blanco y negro francamente desafiantes a lo convencional; ¡tan solo recordar que Satantango dura 7 horas y media! Las protagonistas de La piel que habito también se dieron su vuelta por Morelia, al igual que el promotor del cine chicano Luis Valdez, el alemán Volker Schlöndorff y el siempre presente Gael García Bernal, que provocó una gritadera entre las chamacas sólo comparable con la histeria de señoras en mítines de Peña Nieto.

Gael, el ídolo

Otra vez los cinebonos se agotaron en madriza y otra vez mucha gente se quedó fuera de las famosas “fiestas del festival”. No me lo van a creer, pero una buena fuente me reveló que cuando organizan esas pachangas con barra libre existe la instrucción de no dejar pasar a gente “fea y así”. Ahora bien, se trata de reuniones privadas y cada quién sabrá a quién invita y a quién no, pero siempre habrá quienes se quieren colar porque es “como la fiesta del año y así”.

Creo que lo mejor del FICM sigue siendo la selección oficial de Cannes y uno que otro largometraje internacional de estreno, además, claro, de la gran plataforma que significa para cortometrajes y documentales. Este último género parece avanzar muy bien, cada vez mejor narrado, cada vez más entretenido, en contraparte de los cortos, muchos de ellos atrapados en propuestas de jovencitos que no son capaces de construir un buen guión para una película de 10 minutos.

 

Los Botellos presentaron su falso documental "Naco es chido"

Justo fue el reconocimiento a Damián Alcázar, uno de los actores más consistentes del cine mexicano, personaje sencillo, lúcido e increíble en cada papel que realiza. Lástima que la película que estrenó, Don´t let me drop, no haya sido una cosa afortunada, pero eso fue lo de menos; lo importante fue hacerle un tributo ahora que está en la cumbre de su brillante trayectoria.

Chingón por las funciones gratuitas y por la extensión a Pátzcuaro, y mal pex porque la función de estreno regresó al ya choteado tema migrante con A Better life, que es como una telenovela de mojados pero en 35 mm. Curioso que el estreno de El Árbol de la Vida haya decepcionado a la gran mayoría, y es que el efecto Brad Pitt se diluyó de inmediato tras aparecer en una onda rarísima, con muy pocos diálogos y un montón de secuencias que pocos soportaron. A mí no me parece mala, aunque recomiendo verla a buena hora y en estado de frescura absoluta.

 

Damián Alcázar, el homenajeado

Es así que nos aventamos otro FICM que al parecer ya es el más importante de México, y muestra de ello es la gran cantidad de prensa acreditada que siempre se va con el buen sabor de boca por cubrir un evento desarrollado en el compacto centro histórico de una Morelia alivianada, tranquila, donde la única sangre que se vio fue la del Papa, lo que provocó enormes filas alrededor de Catedral.

Chale.

Twitter: @padrino_inmoral

 

Salir de la versión móvil