Diversos festivales culturales realizados en Michoacán se han quedado sin recursos federales, por lo que la continuidad de algunos de ellos podría estar en riesgo. No sólo se trata del Festival Internacional de Cine de Morelia o el Festival de Música Miguel Bernal Jiménez. A ellos se suman los casos de Feratum en Tlapujahua, Morelia en Boca en la capital michoacana, los festivales de Guitarra y el de Globos de Cantoya en Paracho, el Internacional del Globo en Pátzcuaro, el Festival Internacional de Títeres en Morelia y el de Órgano en la misma ciudad.
En todos los casos, participaron en la convocatoria lanzada por el Programa de Festivales Artísticos (Profest) pero ninguno de ellos fue seleccionado. Anteriormente, el financiamiento para cada uno de esos festivales provenía de instancias como la Cámara de Diputados o la Secretaría de Cultura, sin embargo, a partir de 2019 todo el recurso federal para este tipo de eventos debe concursarse a través de dicha convocatoria.
Las reglas del Profest indican que sólo pueden participar instancias de gobiernos municipales y estatales, así como entidades educativas. No hay cabida para las asociaciones civiles, aunque éstas podrían ser acompañadas a través de sus respectivos gobiernos locales.
Tal fue el caso de ocho festivales a los que acompañó el gobierno de Michoacán a través de su Secretaría de Cultura (Secum), pero ninguno de ellos obtuvo el recurso. ¿La razón? Se trata de un gobierno endeudado con la Federación, y ese motivo fue suficiente para descalificar a todas sus propuestas.
Imposible cubrir deudas tan atrasadas: Claudio Méndez
En entrevista para este portal, el secretario de Cultura de Michoacán, Claudio Méndez Fernández, lamenta que de los ochos festivales postulados por esa instancia, no haya quedado ninguno. Y agrega: “Entiendo que el gobierno federal tiene nuevas políticas que buscan fortalecer a la cultura, pero no entiendo cómo le piden a una asociación civil ser responsable de los adeudos de un estado; ese es el tema de fondo”.
La Secum mantiene adeudos con la Secretaría de Cultura federal desde 2010, cuando el gobernador del estado era Leonel Godoy Rangel. Desde entonces y hasta la fecha, la cifra de pasivos ha crecido hasta 32 millones de pesos. Solventar de golpe esa deuda es imposible, reconoce el secretario, así que optaron por al menos cubrir los pendientes específicos con Profest. “Reintegramos recursos que habían llegado en otras administraciones para eventos o programas que nunca se realizaron; son recursos de 2010, 2011 y 2013, no es nuestra responsabilidad, pero ahí estaban los adeudos”, añade.
El discurso de Méndez replica lo que se ha convertido en una constante: “los adeudos no nos corresponden”, como lo han dicho diferentes funcionarios que reciben dependencias cargadas de deudas y malos manejos. Con ese escudo, asegura que cubrir toda la deuda implicaría paralizar todas las acciones que realiza la Secum. “Al final del día los que se ven afectados son los creadores, la comunidad artística. Ellos no son responsables de la situación de otros, porque gobierno del estado, municipio de Morelia y Universidad Michoacana solicitaron proyectos en el Profest y ninguno obtuvo resultados”.
El secretario de Cultura afirma que pese al capítulo negro con Profest, el gobierno del estado se compromete a gestionar apoyos propios para los festivales que se desarrollan en el estado. Pero aclara: “siempre y cuando nos alcance el presupuesto”.
Pero no hay mucho presupuesto
El presupuesto 2019 para la Secum es de 200 millones de pesos; sin embargo, hay un tema ajeno que podría darles un raspón. El gobierno de López Obrador y el de Silvano Aureoles siguen negociando la federalización de la nómina magisterial, cuyo plazo vence este 15 de junio. Si eso sucede, los presupuestos continuarían igual, pero si Michoacán asume esa carga, entonces habría que recortar dinero a diversas dependencias. En lo que toca a Cultura, el tijeretazo será de 30 millones de pesos. Ese escenario dejaría a la dependencia que encabeza Méndez Fernández con menos margen de maniobra, que de por sí ya es muy limitado.
Como un intento de solucionar los adeudos en fila, Méndez propondrá establecer mesas de negociación con el gobierno federal para “primero conciliar”. Se inclina por primero cubrir los pasivos de la presente administración y “aclarar lo pasado”, porque a su consideración hay muchas cosas que se deben verificar.
Ante este panorama, unos 15 festivales del estado tendrán que gestionar recursos en otra parte que no sea el gobierno federal. Algunos cuentan con patrocinadores, donativos particulares y generan ingresos propios. Pero los más dependen de programas gubernamentales, así que podrían pausar, realizarse de forma austera o de plano desaparecer.
Bajo tales condiciones, promover la cultura en un estado como Michoacán, parece un mal negocio.
Foto de portada: Festival de Música de Morelia Miguel Bernal Jiménez