Restringida al circuito de arte, se estrenó por cortesía de Alameda Films, Fuera de mi camino (Dnevnik masinovodje, 2016). La coproducción serbo-croata es el tercer largometraje que escribe y dirige en solitario Milos Radovic, cineasta nacido en Belgrado que cuenta con una amplia experiencia en el campo de la televisión de su país. La película tuvo un recorrido importante por festivales europeos aunque ninguno de ellos de gran calado. Una versión extendida del filme se presentó en forma de serie en la televisión serbia a pesar de que no tuvo una buena recepción en taquilla.
La comedia se centra en la vida de Ilija, un veterano conductor de trenes, hosco y taciturno. Durante uno de sus viajes, el maquinista casi arrolla a un pequeño de diez años, quien acababa de escapar de un orfanato. Con el paso del tiempo, el joven decide seguir los pasos laborales de su padre adoptivo, quien trata de impedirlo para evitarle el sufrimiento y la vida solitaria que van de la mano con su profesión.
La idea del filme surgió a partir de un texto de media hoja que escribió el montador Marko Glušac (recientemente fallecido), basado en el hecho de que un maquinista promedio debe enfrentar varios accidentes mortales a lo largo de su carrera profesional. La forma en como los maquinistas lidian con esas muertes es el punto a partir del cual, Radovic escribió el guion para su más reciente producción, después de doce años sin rodar un largometraje, tiempo en el cual se dedicó a realizar comerciales, así como a redactar guiones para teatro y televisión.
Aunque la cinta se vende como una comedia, lo cierto es que puede catalogarse más específicamente como una tragicomedia, aunque sufre altibajos importantes en buena parte la narrativa, un indicador de lo difícil que resultó para el cineasta serbio encontrar el tono adecuado para contar la historia. Intenta ser una comedia cálida y entretenida, una tragedia conmovedora, pero no su registro definitivo no toma forma hasta sus minutos finales.
Entre los aciertos de la producción debemos mencionar la inclusión del reconocido actor serbio Lazar Ristovski (quien además es productor del filme y un habitual colaborador de Radovic), en el papel principal: frío, distante, inconmovible, atormentado por la muerte de su joven esposa, pero decidido a hacer lo que sea necesario para sacar adelante a su hijo adoptivo. En tanto que Petar Korac, un joven actor no profesional, luce exagerado y transmite antipatía durante la mayor parte de sus escenas.
Fuera de mi camino es probablemente la obra más importante en la filmografía del cineasta serbio, se basa en una premisa original (que se va diluyendo mientras avanza el metraje), se aventura por el absurdo que caracteriza a buena parte de las comedias balcánicas (aunque es menos ruidosa y eso se agradece), y ofrece buenas pinceladas de un humor negro aunque lo hace a cuentagotas. La cinta de Radovic arriesga, pero se queda corta y se ahoga en sus intentos; aun así es importante que este tipo de trabajos lleguen a la cartelera, ya que amplían el espectro de opciones para el espectador que busca algo más que la última producción hollywoodense.