El wuxia es un género cinematográfico propio de China (ambas, Taiwan y la China continental), podría traducirse aproximadamente como “caballeros de las artes marciales”. El concepto está muy arraigado en la cultura china, ya que abarca en términos muy generale una serie de tradiciones, valores e ideas relacionadas con temas como las artes marciales, la amistad, la lealtad y la traición. Algunos filmes recientes del género han traspasado fronteras, podríamos citar por ejemplo: El tigre y el dragón (Wo hu cang long, 2000), así como La casa de los cuchillos (Shi mian mai fu, 2004). A las anteriores debemos añadir La asesina (Nie yin niang, 2015), que recién se ha estrenado en la cartelera comercial gracias a la distribuidora Mantarraya.
El largometraje número diecinueve del director y guionista Hsiao-Hsien Hou, quien ha sido citado como uno de los cineastas más influyentes de las últimas décadas, fue presentado en la selección oficial del sexagésimo octavo Festival de Cannes en donde se alzó con el premio al mejor director. También pudo verse en la pasada edición del Festival de Cine de Morelia y forma parte de la 60 Muestra Internacional de Cine.
Y aunque es terriblemente confusa, se puede entrever que sigue la vida de una chica alejada de su familia que es criada por una misteriosa mujer, la cual se dedica a entrenarla durante años como una especie de asesina a sueldo. Tiempo después la historia la pone en una encrucijada cuando debe enfrentarse a la posibilidad de matar a un hombre que ama o cortar de tajo los lazos que la unen a su peculiar oficio.
La asesina marca del regreso de Hsiao-Hsien desde que en 2007 dirigiera El vuelo de globo rojo (Le voyage du ballon rouge), protagonizada por Juliette Binoche. La amplia variedad de temas que ha tocado el cineasta incluyen por supuesto, los dramas históricos, pero nunca se había ido tan atrás en el tiempo como en esta ocasión, ya que su obra más reciente está basada en un relato de artes marciales del siglo IX.
El cine de Hsiao-Hsien se caracteriza por sus planos largos y mínimos movimientos de cámara, así como por la meticulosidad del director con cada una de las imágenes. En este caso la naturaleza es algo más que un decorado, la mayoría de las escenas fueron filmadas en exteriores, cuidando con esmero la incidencia de los elementos. Parece evidente que buscaba mostrar un aspecto agreste y alejado de la civilización, cada una de las tomas muestra hermosas regiones boscosas dignas de un promocional de la secretaría de turismo.
Y es en ese punto donde la película se pierde, la belleza innegable de las imágenes no marcha paralela a un relato, de sencillez aparente pero de resolución cansina y hasta soporífera para quien no haya leído un par de veces la sinopsis. Es indiscutible el talento de Hsiao-Hsien, prueba de ello son el romance atemporal de Tiempos de amor juventud y libertad (Zui hao de shi guang, 2005), al igual que la impresionante Millenium mambo (2001), ambas protagonizadas por Qi Shu, la asesina del título de su más reciente trabajo. Obviamente tiene su público y su palmarés es impresionante, pero quien no sea seducido por su elegante manejo de la luz y el movimiento, no verá en ella un tesoro fílmico ambientado en la dinastía Tang sino los avatares de una asesina (que mata muy poco), en un mundo de fulanos con espadas.