La comedia La estudiante y el señor Henri (L’étudiante et Monsieur Henri, 2015) es el cuarto largometraje para cine que dirige Ivan Calbérac y el primero que presenta en la pantalla grande desde el 2009, cuando se estrenó el drama familiar Une semaine sur deux (et la moitié des vacances scolaires). Cabe mencionar que película pasó sin hacer mucho ruido por la cartelera gala (poco más de medio millón de entradas vendidas), cuando debutó en octubre del 2015. A México llega al circuito de arte por medio de Nueva Era Films, previo paso por el Tour de Cine Francés.
Ivan Calbérac no es solamente un experimentado director de cine y televisión, sino que también se distingue por su trabajo como guionista y dramaturgo. De hecho, la cinta que nos ocupa está basada en una obra teatral homónima escrita por él mismo, la cual tuvo su estreno en los escenarios en 2012.
La cinta nos presenta al señor Henri, un viejo cascarrabias que habita un cómodo departamento en París. A pesar de su reticencia, el anciano se ve obligado a alquilar una habitación debido a la insistencia de su único hijo quien se preocupa por su precario estado de salud. Quien responde al anuncio es Constance, una joven estudiante de provincia que busca independizarse y probar algo distinto a lo que ofrece el negocio familiar. Pero el arisco señor Henri se aprovechará de la difícil situación económica de la joven para entrometerse en la vida de su vástago y hacerle la vida imposible a su ingenua nuera.
Resulta muy evidente el origen teatral de la cinta, la mayor parte de las acciones se desarrollan dentro del amplio departamento del señor Henri, el cual funge como el set en donde los actores se desplazan a manera de escenario (particularmente evidente es la escena en donde Constance busca acorralar al tímido Paul en el sofá).
Podría parecer que La estudiante y el señor Henri es la típica comedia de enredos que termina en un previsible romance. Pero lo cierto es que los engranajes de esta comedia no se basan necesariamente en un infatigable enfrentamiento de amor y odio entre opuestos. En cambio, plantea los conflictos paralelos de sus dos protagonistas: la complicada relación entre un padre y su hijo, así como el largo historial de fracasos académicos y amorosos de una joven que busca hacer algo con su vida.
El veterano Claude Brasseur junto a la debutante Noémie Schmidt, hacen un buen contraste: el rostro impasible y ceñudo del anciano contra la joven carismática pero indecisa. Inesperadamente es el actor Guillaume de Tonquédec, quien brilla también en su papel de un hijo que simultáneamente es víctima de las intrigas de su padre y de los sensuales embates de su inquilina.
La estudiante y el señor Henri es una comedia de desarrollo poco habitual en el género. Si bien algunos personajes no parecen funcionar en el conjunto (la caricaturesca nuera de expresión lerda, al igual que el joven compañero de trabajo que busca hacer un viaje alrededor del mundo), es lo suficientemente inteligente como para permitir que el espectador saque sus propias conclusiones en una serie de situaciones que no se cierran de manera categórica. Divertida y amigable, así es la nueva cinta de Ivan Calbérac que se puede ver estos días en cartelera.