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La verdad: la nueva película de Hirokazu Koreeda

Hay que tomar con cautela las autobiografías de las celebridades por aquello de la veracidad o franca selectividad de los recuerdos. A fin de cuentas, cada quien cuenta las cosas como cree que fueron o como desea que hubieran sido. Una muestra de lo anterior son las diferentes versiones sobre la separación de The Smiths, entre Morrissey y Johnny Marr, al igual que las causas que derivaron en el distanciamiento entre Peter Hook y Bernard Sumner que cada uno relata a su manera en sendos libros autobiográficos. En estos casos, ¿cuál es la verdad? Si es que hay alguna.

En La verdad (La vérité, 2019), la protagonista, Fabienne Dangeville, es una experimentada actriz que recién ha publicado sus memorias. Ante tal acontecimiento, Lumir, la hija, decide viajar con su familia desde Nueva York a París para enfrentar a su madre. Además de omitir a personas y sucesos importantes, el libro está plagado de hechos distorsionados y evidentes mentiras. Conforme avanza el metraje, la relación entre madre e hija va revelando sus complejidades a manera de desencuentro entre el amor filial y el éxito profesional.

La publicación de una autobiografía repleta de inexactitudes es solo el pretexto para que una hija busque la retribución afectiva de su madre ausente. Fabienne (Catherine Deneuve) elude durante mucho tiempo la confrontación con la frase “no confíes en la memoria, querida”, cuestionando la fiabilidad de los recuerdos. Aunque se reconoce como una gran actriz, en el fondo sabe que no ha sido una buena madre. Sin embargo, ella entiende que debe ceder cuando por primera vez se le asigna un papel secundario, debe competir con una joven actriz que la iguala en talento y que tiene un notable parecido con una antigua amiga y rival, cuya muerte no ha logrado superar.

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La mentira y la simulación no solo forman parte de la vida de Fabienne. Lumir (Juliette Binoche), inicialmente finge tener una familia estable y feliz, pero con el tiempo debe admitir que ha elegido por esposo a un actor televisivo de poca monta que además ha enfrentado varios problemas con el alcohol. Al igual que el esposo de Lumir (Ethan Hawke), el resto de los personajes masculinos apenas figuran como comparsas del enfrentamiento femenino. Jacques, la pareja de Fabienne cuya única cualidad es la cocina y Pierre, el ex esposo “convertido” en tortuga, gracias a las artes mágicas de la veterana actriz.

Había una gran expectativa ante la primera película que rodaba Hirokazu Koreeda fuera de Japón. Después de trece largometrajes de ficción en su país natal, Koreeda aceptó el reto de emigrar. La película fue bien recibida en festivales, aunque su estreno en México se vio retrasado por la pandemia. Se estrenaría desde mediados del año pasado, pero a pesar de la difícil situación de la industria cinematográfica, la distribuidora Cine Caníbal decidió posponer su estreno en vez de exhibirla en plataformas.

Koreeda mencionó en varias entrevistas que no resintió demasiado el choque cultural y se nota. Gran parte de los elementos característicos de sus películas siguen ahí, casi intactos, quizás solamente un poco más suavizados. Quizás la banda sonora pudo ser menos juguetona. Sin embargo, el cineasta japonés se centró en el conflicto entre una madre que dio prioridad a su carrera sobre su maternidad y el resentimiento que esto provocó en su única hija.

Las afinidades son tan fuertes y claras, que al final de este discreto melodrama familiar, la elaboración de fingidos discursos de disculpa y la fabricación de recuerdos improbables terminan uniendo a ambas mujeres en el marco de un encantador invierno parisino.

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