Hace dos años Laurent Cantet fue presidente del jurado de largometraje mexicano en la 13° Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). Se aprovechó su estancia en la capital michoacana, para presentar una retrospectiva de su filmografía. En aquel entonces se estrenó el drama habanero Regreso a Ítaca (Retour à Ithaque, 2014). Este año, el cineasta francés acudió al FICM como invitado especial para mostrar al público del festival su más reciente trabajo L’atelier (2017), película que se presentó hace unos meses en la sección Un certain regard del Festival de Cannes y que en español se llegará a las carteleras con el título El taller de escritura.
Justamente dicho taller de escritura del que da cuenta el título en español, tiene lugar un verano en el pueblo costero de La Ciotat. En ese sitio dominado antes por un próspero astillero, la famosa escritora Olivia Dejazet reúne a un grupo de jóvenes descarriados con la intención de realizar un ejercicio literario conjunto. Pese a ciertas reticencias iniciales el grupo pronto empieza a trabajar con entusiasmo en el proyecto. Salvo Antoine, un joven retraído que parece sentir una especie de fascinación por la violencia y riñe frecuentemente con sus compañeros. Olivia decide intervenir antes de que el asunto se le salga de las manos.
Es posible encontrar ciertos puntos en común entre su más reciente producción y La clase (Entre les murs, 2008), con la que Cantet ganó la Palma de Oro en Cannes. En ambos filmes existe un grupo de jóvenes de diferentes orígenes, todos ellos interpretados por actores no profesionales, guiados por un mentor adulto, en este caso interpretado por la única actriz profesional del reparto Marina Foïs, a quien recientemente vimos en otra gran película, el thriller Irréprochable (2016), de Sébastien Marnier.
En la construcción de su trabajo literario los jóvenes exponen temas como el desempleo de la región agudizado por el cierre de la fuente más importante de trabajo, además se abren a temas como el racismo y el terrorismo que ha azotado a Francia en los últimos años. Solamente Antoine, el joven que no acaba por encajar en el grupo expresa una idea inacabada y burda en la que intenta definirse su postura frente al mundo que le rodea.
La escritora, inicialmente tolerante y bienintencionada va convirtiendo su relación con Antoine en una especie de atracción/repulsión. Intenta entender su forma de pensar pero solo encuentra un muro de obstinación en el chico. Es en ese momento en el que Olivia se siente más vulnerable: ve cuestionado su trabajo y de la misma manera decide cuestionar a su estudiante, no con la intención de comprenderlo sino de confrontarlo con sus propias ideas.
El taller de escritura funciona como un espacio de reflexión. En el grupo de jóvenes logra establecer un diálogo con su historia y su realidad. En Olivia, la experiencia tal vez pueda convertirla en una mejor escritora. Mientras que la confusión y el aislamiento que vive Antoine, solo podrán romperse cuando encuentre las palabras adecuadas. De esa manera, a modo de liberación el joven podrá comprenderse a sí mismo. Es una pena que la presentación de Cantet se haya opacado por las actividades de Guillermo del Toro en el FICM, también es una lástima que L’atelier no tenga distribuidora en México. ¿Alguien se anima?