A pesar de su extensa y prolífica carrera, el nombre de Benoît Jacquot no figura entre los exponentes más reconocidos de la cinematografía francesa contemporánea, de hecho muy pocas de sus obras han tenido exhibición comercial en México.
Una de esas excepciones es el drama de enredos amorosos 3 Corazones (3 Cœurs, 2014), que presenta la distribuidora Alfhaville, con destino exclusivo para el reducido circuito de arte. La película formó parte de la sección oficial del Festival de Venecia y pudo verse en la 59 Muestra Internacional de Cine. Debe resaltarse el retraso con el que se presenta en cartelera, ya que incluso el más reciente trabajo del cineasta parisino, El diario de Célestine (Journal d’une femme de chambre, 2015), está disponible desde hace meses en formato digital.
El título, como era de esperarse, hace una clara alusión a un triángulo amoroso que comienza a tomar forma cuando Marc, un auditor de impuestos que acaba de perder el tren, conoce casualmente a Sylvie, misteriosa e introvertida mujer con quien pasa una noche inolvidable. Ante la imposibilidad de concretar una segunda cita, cada uno toma su propio camino, Sylvie se marcha para Estados Unidos y Marc se enamora de Sophie, la sensible propietaria de una tienda de antigüedades, sin conocer la relación que existe entre ambas mujeres.
Es claro que en la filmografía de Jacquot normalmente las historias giran alrededor de los personajes femeninos. Consciente de ello, el cineasta francés decidió probar un enfoque distinto, centrando ahora su atención en un hombre maduro que se involucra sentimentalmente con dos mujeres. Al mismo tiempo explora la idea de una intriga que se desarrolla entre dos hermanas, las cuales se ven en la disyuntiva de contraponer sus vínculos afectivos al de sus aspiraciones románticas.
Aunque la narrativa se desarrolla de manera convencional, ciertos detalles sugieren al espectador un posible desenlace distinto de la inevitable tragedia: la pérdida de conciencia de Marc en los peores episodios de su enfermedad o la ensoñación idílica de Sylvie ante los escenarios posibles de un encuentro previo. La historia se mantiene firme mientras el espectador asuma las trampas del guion que aparecen disfrazadas de casualidades, el libreto coescrito por el propio Jacquot abre también una trama paralela que al final queda un tanto relegada (el enfrentamiento entre el honrado auditor y el alcalde corrupto), ante el avasallador reencuentro de los amantes.
El aporte del elenco femenino es notable, Charlotte Gainsbourg, Chiara Mastroianni y en un papel menor, Catherine Deneuve (éstas últimas son hija y madre en la vida real). Resulta interesante observar la naturalidad con la que se integran las tres actrices a la dinámica familiar que se plantea en la película. En tanto que Benoît Poelvoorde, a pesar de ofrecer buenos momentos, parece un tanto extraviado en el papel de un seductor maduro predispuesto a la tragedia.
Podríamos definirlo como un melodrama romántico contado en tono de thriller (en mucho ayuda la banda sonora), pero lo mejor de 3 Corazones es posiblemente la sobriedad de sus interpretaciones. A pesar de mostrar algunas debilidades narrativas, Jacquot nos conduce por elegancia por los vericuetos del triángulo amoroso para llevarnos a un desenlace que se siente forzado. En general podemos decir que cumple, aunque no se encuentra entre lo más destacado del cineasta parisino.
Además, resulta una opción para zafarse de tanta copia de Suicide Squad, la cinta que ocupa prácticamente todas las salas de los complejos Cinépolis y que por puras razones de negocios (no artísticas ni mucho menos) no se exhibe en Cinemex.