Con cierto escepticismo fue recibida la película Los ausentes, séptimo trabajo de ficción del capitalino Nicolás Pereda, en la penúltima jornada de exhibición de largometrajes en competencia. El propio Pereda ya tuvo la experiencia de ganar en dicha categoría, cuando en el 2007 presentó en este mismo festival su trabajo debut, ¿Dónde están sus historias?
Por Armando Casimiro Guzmán
Aunque la lista de sus trabajos es relativamente extensa, solo dos de ellos tuvieron cierta resonancia en nuestro país, Perpetuum mobile (2009), que ganó en Guadalajara el premio a Mejor Película Mexicana y El verano de Goliat (2010), un híbrido entre documental y ficción rodado en una comunidad rural con la que ganó Horizontes en el Festival de Venecia.
Justo cuando han pasado casi cinco minutos y una toma fija se enfoca en una vaca rumiando uno se da cuenta de que es esa clase de película. En los apenas ochenta y dos minutos de metraje nos encontramos que un anciano está por perder su casa en un ejido a orillas del mar, ya que carece de cualquier tipo de documentación que avale su propiedad, situación que poco a poco lo lleva a perder la razón.
El director no estuvo presente en Morelia, debido a cuestiones relacionadas con su labor académica, por lo que el guionista Alejandro Mendoza y el productor Edgar San Juan, salieron al frente para responder los cuestionamientos de la prensa.
Los numerosos reconocimientos que obtuvo el libreto de Mendoza, el cual originalmente llevaba el peculiar nombre de Cuando los caballos aprendieron a llorar, acercaron el apoyo de Edgar San Juan, quien a través de la productora Film Tank, logró convencer a Nicolás Pereda de sumarse al proyecto para en un principio reescribir el guión y posteriormente rodarlo. Se eliminaron buena parte de los diálogos y algunas de las locaciones hasta llegar al resultado final.
La cinta conjunta el trabajo de un actor profesional como es el caso de Gabino Rodríguez con el de un “no actor”, el anciano Guadalupe Cárdenas, habitante del lugar, quien gustosamente se prestó para la filmación. En palabras de Mendoza la historia cuenta el descenso de un hombre hacia los infiernos, algo que sinceramente no queda muy claro después de ver la cinta.
Edgar San Juan aprovechó para presumir la gran recepción que tuvo Los ausentes en el Festival de Locarno y reconoció que, dadas sus características es muy probable que la obra se mantenga en el circuito de cineclubes, sin embargo aseguró que se tiene contemplada una plataforma de distribución digital del filme.
Es un rasgo positivo que festivales como Morelia estén abiertos a recibir diferentes propuestas y estilos, pero es un hecho que no todas las películas encuentran un público, probablemente éste sea el caso de Los ausentes, que resultó un somnífero efectivo para más de uno de los asistentes a la función.