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Nuestro propio festival

Mucho se ha criticado al Festival Internacional de Cine de Morelia de ser un evento elitista, en el que hasta los más pedorros achichincles se sienten divas e irradian pedantería. No lo sé, nunca he ido ni pienso hacerlo.

Negro

Por Jorge A. Amaral

No pienso ser de los villamelones que sólo esa semana no sólo gustan de ver películas, sino que además de doctos cinéfilos, son críticos. No, yo no, yo sólo tengo algunas películas favoritas, otras entrañables, dos o tres de los Almada, una que otra con Andrés García y otras gabachas o de la Época de Oro del cine mexicano. Volviendo al tema del FICM, no pienso ir por todo lo que representa, más allá de ver películas que de otra forma sería imposible encontrar en este jicarero Valle de Guayangareo.

En gran medida, el FICM representa la grandeza del imperio Ramírez, tanto como para darse ese gusto y ganar algunos millones por ello, pero también representa el snobismo de muchos que esa semana sacan los más jipiteca o hipster de su guardarropa para andar tirando rostro por los complejos de Cinépolis o luciendo su artística aura por el Jardín de las Rosas.

No soy el único que piensa eso del FICM, los lavacoches que trabajan en las inmediaciones de Las Rosas opinan igual que yo, parroquianos de algunos cafés piensan como su servidor al ver invadido su espacio diario por esa horda de posers. En fin, por eso es que hemos pensado en reunir fondos para organizar nuestro propio Festival, “uno que sí esté chido”, uno al que todos puedan asistir, incluidos los reporteros locales, uno en el que se pongan películas que llamen la atención de todos los sectores de la sociedad, no esas cintas mamucas que nada más a los ilustrados les interesan. Se va a llamar Festival Municipal de Cine en Español (FMCE), porque de verdad que eso de programar películas en sánscrito y sin siquiera subtítulos, se me hace demasiado excluyente.

En el FMCE vamos a homenajear a lo mejor del cine en nuestro idioma. Ya estamos en pláticas con René Bejarano para que venga a dar una conferencia magistral sobre el cortometraje documental de tinte político, lo cual servirá para rescatar ese clásico del nuevo cine mexicano que lanzó a la fama al perredista.

El FICM es tan elitista, que ni siquiera invitó a La Tuta, pero para el FMCE sí será invitado, toda vez que se trata de uno de los productores y directores más importantes de este país, tan es así que convirtió a Michoacán en una gigantesca locación, explorando diferentes temas en sus cortometrajes documentales, siendo el más reciente de ellos Dos periodistas de cuidado.

Hablando del premio, tenemos proyectado que sea El Autodefensa de Oro, como un homenaje a los héroes anónimos que han trabajado como extras y utileros, sin quienes la magia del cine sería imposible. Para concluir el Festival y para robarle toda la atención al FICM se hará una ceremonia de entrega de premios a quienes participaron con su trabajo fílmico o actoral.

Así, en las diferentes categorías, El Autodefensa de Oro se entregará a La Tuta, como Mejor Director; Alfredo Castillo, Mejor Villano y Mejor Actor; Salvador Jara, Mejor Objeto de Utilería; Los de la A, Mejor Banda Sonora; Miguel Ángel Osorio Chong, Mejor Guión; Wilfrido Lázaro Medina, con Suma de voluntades, Mejor Película Fantástica, y el mismísimo Festival Internacional de Cine de Morelia compartirá El Autodefensa de Oro con la campaña El rumbo es Michoacán en la categoría de Mejor Película Extranjera.

Sólo falta el financiamiento, ¿no conocen a alguien que sea dueño de alguna ciudad para que haga el paro?

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