Por Leticia Rentería
Mañana el sol se mezclara con lloviznas y nubes. Sus rayos se romperán en pequeños arcoíris al pasar por el cristal prismático que la pequeña Elkie dejó, para recordarme lo simple y que el tiempo interno es una bola de masa en mis manos.
Los colores se redescubrirán en los espirales verdes y amarillos de la planta de chayote que baila con el aire, a lo largo de la cerca del jardín. La apreciación regresa, mientras pequeños arcoíris vuelan sobre paredes en la sala de estar.
Calles sin gente, uno que otro auto, pantallas con Stay at home, Save lives colgadas en semáforos. Tranquilidad nacida de restricciones y la calma impuesta habita la ciudad.
Los bordes y curvas de las palabras toque de queda rasga oídos, comprime y estremece algo dentro. La parte frontal de la palabra es dolorosa, la parte posterior aparenta la benevolente intención de detener la propagación del COVID- 19.
Surgen muchas preguntas, como por ejemplo, acaso mucha gente se reunía durante estas horas tardías. ¿Cuál es la razón de prohibir salir de casa desde 8pm-5am? ¿Es ésta una medida sensata de prevención? o ¿Cuál es la intención detrás de esto? Y más preguntas giran en segundo plano.
Es incómodo cuando se interrumpe nuestra libertad. La condición de toque de queda se puede analizar desde tantos ángulos como deseemos. El gobierno lo justifica con salvar vidas.
Colectivamente, nos movemos en lo desconocido, simplemente aceptamos. No confiamos plenamente, debido a la naturaleza de las medidas. Con cada restricción, es más el peso invisible que coloca en nuestra mente, que su justificación o veracidad.
Este es un lugar, donde la cultura del control y la obediencia a las reglas a conciencia está bien establecida. La población asume con responsabilidad y voluntad, lo requerido por autoridades.
Me sorprende la obediencia. No es necesario que la policía vigile cada auto. Las autoridades confían en que la población siga las reglas, y sucede en verdad, a pesar de que la gente esté en desacuerdo.
Es un hecho, que la serenidad se impregna en las banquetas y las ventanas de las casas, la prisa quedo atrás del tiempo, no hay motivo. Las nubes son un ave de calma que vuela sobre mi cabeza. Ahora más pájaros visitan el jardín, comen hojuelas de avena que mi madre coloca en un plato.
Es día de suerte, la estación de radio comunitaria RRR transmite música interesante de artistas locales. Con más frecuencia se escucha música de artistas aborígenes contemporáneos. Nuevas generaciones creativas expresan sus condiciones de vida, discriminación, derechos, perspectiva, cultura, creencias y más.
Las restricciones traen el deseo de escribir sobre lo que se mueve alrededor de estas manos y ojos, al caminar y conducir en la calle después de las 8pm. Hoy aprendí la palabra curfew (qerfiuu), que significa toque de queda.
Ahora mismo son las 10:05 pm. Mientras conduzco con las ventanas semi-abiertas, el aire frío y crujiente bajo la luna, las hojas de los árboles mojadas por la llovizna revitalizan.
Una sensación agradable se mezcla entre la música y clara respiración. Curiosidad por explorar el tiempo con paredes reguladas, la hora máximo limite para ejercitar en espacios abiertos, con la cerca invisible de 5 km a la redonda de casa, y explorar la ola de lentitud que arrastra este nano virus en esta ciudad.
Me siento como un gato nocturno pisando sigilosa y callada, para no despertar sospechas.
Mientras manejo, el anuncio:
Curfew from 8pm to 5am,
Stay at home,
Save lives
Parpadea en pantallas distribuidas en las calles.
La música suena bien, sincroniza con la libertad de apreciar la ciudad, sin ruido de personas y tráfico. Atravieso el aparente túnel que forman los arboles cabeza negra a lo largo de la calle, cuando sus ramas se iluminan con luces del auto.
Me acompaña la música. También pensamientos de conmoción, miedo y duda flotan en la nube de niebla reflejada por los faros en la calle. La realidad se construye de diferente material para cada quien.
Jordán tuvo una crisis nerviosa en la parada del camión. Por una hora maldijo en contra del gobierno; ya que no tuvo acceso a transporte y perdió su cita. Debido a las restricciones, el camión redujo el servicio.
Charlie, investigó acerca de sus derechos, leyes, reglas COVID- 19 que se contradicen unas con otras, y se oponen a la constitución. Se sumergió hasta el punto de perderse en miedo, confusión, próximo a irrumpir en ataque sicótico. A tiempo, el siquiatra intervino con medicamentos.
El vecino se asustó, por tener a los niños todo el día en casa, y tener que apoyarlos con clases en línea. Esta temeroso por no saber qué esperar y cuál será la próxima medida.
Emily, fue de inmediato a hacer compras de pánico, el nuevo termino adoptado en la era del virus. Las compras de pánico suceden cada vez que el estado mental teme sobrevivir a una nueva regla de prevención. Entonces, parte de la población sale en desespero a la compra de grandes cantidades de comida congelada y empacada, dejan estantes vacíos, lo que provoca una sensación de miseria. Los alimentos frescos quedan intactos, esperando al cliente semanal. No existe escasez de alimento. Racionalmente no habría razón para compras de pánico.
Lucy está concentrada en un innovador negocio en línea, no se interesa demasiado en las restricciones, se mantiene positiva, disfruta de la desaceleración, la tranquilidad, esta emocionada de estar haciendo dinero como nunca. Siempre me ha sorprendido lo creativa, flexible y su habilidad para identificar oportunidades.
Rosy, contribuye a un proyecto de salud mental sobre medicamentos psicodélicos que se regularizarán en Australia, al que me uní y colaboro desde la pantalla y el teclado haciendo correr la voz.
Jenny, está sufriendo ansiedad y ataques de pánico, ha estado viendo noticias en televisión por casi 18 horas al día, durante el último mes.
Peter, Rowan y Stephen ahora trabajan desde casa. Después de compartir todo el día con su pareja, las diferencias crecieron el limite. Hoy están en proceso de divorcio o separación.
Alicia florece en su filosofía vegana, la reina de jugos y licuados. Se ha transformado feliz, en estrella de YouTube, con videos de cómo preparar nutritivos licuados veganos y comparte sus mensajes de co-creación, salud, unión y amor.
Roxana y Edward, están con problemas de insomnio. Trabajan en casa desde marzo. Ahora son ya 5 meses. Además de apoyar a sus hijos con la escuela en línea.
Algo sucede con la restricción de movimiento, el freno a la dinámica interrumpe el metabolismo del cuerpo. Ahora, estamos confinados a movernos dentro de 5 km alrededor de casa. Multas de 19,000 para individuos y 99,000 para negocios, por infringir el toque de queda.
Hoy, es obligatorio llevar un documento de permiso emitido por el gobierno, para desplazamiento en auto. El documento incluye datos personales, del lugar de trabajo, fecha de nacimiento y horas de trabajo, para demostrar motivo del viaje. Se tiene que justificar la razón de conducir en la calle, si la policía pregunta.
Las restricciones de la etapa 4 en el área metropolitana de Melbourne son:
- Solo una persona por casa puede ir de compras
- Movernos dentro de 5 km alrededor de casa, para ir de compras y hacer ejercicio
- 1 hora de ejercicio como máximo en espacios abiertos.
- Toque de queda de 8pm a 5am
- Salir sólo para trabajar, estudiar, si no es posible hacerlo desde casa, por motivos médicos o proporcionar cuidado a alguien.
- Uso obligatorio de máscara
- Mantener restricciones de etapa 3 (distancia social de 1.5 metros, higienización constante y lavado de manos, no se permiten visitas en casa, no se permiten reuniones, restaurantes y cafés solo comida para llevar).
Sí, esta noche entiendo poco mejor el significado de la palabra curfew (qerfiuu) que significa toque de queda. Espero, la policía no me detenga esta noche en la calle, por infringir las reglas.
2 de Agosto 2020, Melbourne, VIC, AU.
Imagen: Philip Mallis/ Flickr
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