El Hermano, conocido en su casa como Jorge Pérez, lo definiría como slow jams, pero yo les llamo brown beats a los sonidos de gente como Lil Rob, South Park Mexican, Kid Frost, Cali Life Style o Lawless, que tienen el chicanismo a flor de piel, dando a este rap y a quienes que lo hacen una identidad frente a la inmensa mayoría de raperos negros.
Pero cuando una de estas crews es reclutada por un MC y productor experimentado en el gangsta rap afroamericano, se tiene un concepto que conjuga ambos rasgos, tal es el caso de Brownside, cuyo disco Payback (2002) recomiendo esta semana.
Eazy-E, además de haber sido uno de los mejores MC de la historia, era listo para los negocios, y ante el éxito de que gozaba el gangsta rap de la Costa Oeste decidió buscar otro mercado: el de los chicanos, sobre todo los asentados en Los Ángeles, por lo que en 1994, poniendo a la cabeza a Toker, fundó Brownside, grupo al que visualizó como los NWA chicanos, aunque no tanto como para llamarse BWA (Brownies With Attitude).
Podría ser porque no era un producto enlatado o por el hecho de haber sido reclutados por Eazy-E, pero Brownside tiene un sonido en el que se conjugan el G-Funk angelino y las influencias del que es considerado The Godfather of Chinano Rap, Kid Frost, y eso se nota en el uso de diferentes recursos para lograr un beat perfecto.
Aunque su primer disco, Eastside drama, es una de las joyas del chicano rap, Payback me gusta porque recoge temas remezclados del disco previo y canciones inéditas, lo cual permite ver la evolución del grupo desde su primer álbum, Gang related (1994), hasta ese momento, en el que, aunque la huella de Eazy-E es imborrable, ya tienen una identidad propia.
Entre las que me gustan más está Sureño vida, que refleja la vida en las calles, esas calles donde las pandillas defienden sus zonas de influenza con su propia vida, y es que, como el mismo Toker lo dijo en diferentes entrevistas, Brownside no son raperos tratando de parecer pandilleros, son pandilleros tratando de hacer rap, lo cual les da esa franqueza, esa honestidad que tanto hace falta en el rap, sobre todo desde el arribo de whacks como Lil Wayne y su patético bling bling.
Esa autenticidad se siente, se respira en Do or die, que habla muy a fondo sobre la thug life en una ciudad como Los Ángeles, donde muchas veces la gente tiene que hacer cosas que sabe que no son correctas o que no quiere pero tiene que hacerlas porque de ello depende no sólo el respeto que le tengan, sino su propia vida.
Eastside drama es una joya en este disco, y eso se debe a que es un dueto nada más ni nada menos que con su mentor Eazy-E, quien para 1994 ya estaba un poco diezmado de salud a causa de Sida, que al final lo mató en 1995. Ya para cuando esta canción se reeditó para el disco homónimo, Danger, uno de los miembros del grupo, ya había muerto en un tiroteo poco antes, y precisamente a Danger (Ángel Fernández) va dedicada una delicia de canción titulada Rest in peace, y no sólo por lo sentido de la letra al carnal caído, sino porque para la base se sampleó Love can be so wonderful, esa belleza de The Temprees, todo un brownie beat.
Eazy-E tenía tanta influencia en este grupo, que incluso su clásico Boys-n-the hood se adaptó como Vatos ‘n the barrio, que sin ser una obra maestra, sí es bastante disfrutable y está hecha con todo el respeto que el máster se merece.
Ese estilo NWA se pone de manifiesto también en Gangsta point of view, con un beat sencillo pero potente como el que NWA imprimió en One less bitch para acompañar el magistral flow de Dr. Dre.
Por más o menos la misma tónica va Corona, pero esta vez recreando a Cypress Hill, al utilizar la misma base que los comandados por B-Real utilizaron para How I could just kill a man (Cypress Hill, 1991, pinche discototote del que ya luego les platicaré).
Con mucho spanglish y caló chicano, Gang related es oscura y fuerte pero con salpicaduras de funky que la hacen perfecta para manejar.
En fin, por esas y por las rolas de las que no hablé, no porque no me gusten, sino porque hay que dejar algo a la imaginación (tienen que escuchar 13 reasons), Payback, de Brownside, es un excelente disco, ideal para joder al vecino con los graves a todo lo que da o para manejar a baja velocidad, buen chicano rap para quitarse el mal sabor del muy entrecomillado debate entre los tiradores a la gubernatura. Salud.