Hay músicos a los que admiro por gustarme demasiado su trabajo, pero hay otros a los que tengo en un lugar especial, esos que para su servidor son héroes que, aunque de carne y hueso, parecen venidos de otro planeta, tales como Hendrix, Clapton, Santana, BB King, Cash, Elvis, Vaughan o el que les recomendaré esta semana: Link Wray.
En 1993 se publicó la que puede ser considerada como la colección definitiva de este genio de la guitara, titulada Rumble! The best of Link Wray, y si digo que definitiva, es porque abarca los sonidos en los que este músico se desenvolvió, como el surf, el blues, el rock & roll y el rockabilly, lo que nos permite darnos cuenta de por qué, aunque se le ha ninguneado, es de los pioneros del rock, influyendo a músicos de géneros posteriores como el garaje y el punk.
Recuerdo algo que me sedujo la primera vez que vi Pulp fiction: la escena en la que Mia Wallace y Vincent Vega llegan al Rabbit Slim como inicio de su accidentada cita. De fondo, como ambientación del restaurante, se escucha una guitarra que suena ruda, agresiva, poderosa pero no estruendosa. Tiempo después, al conseguir el soundtrack de la película mamucamente subtitulado “Collectors edition”, supe quién era: Link Wray, tocando Rumble.
Esa pieza instrumental, cuyo título hace alusión a un murmullo, es, creo yo, de los grandes momentos del rock, y es que la fuerza interpretativa es tal, que en 1958 fue censurada en la radio estadounidense por considerar que incitaba a la violencia juvenil, recordemos que era la época de ser rebelde sin causa y Link Wray, extraordinario y magistral, fue una suerte de James Dean de la guitarra.
Pero cambiando un poco de sonido, Swagger nos transporta a otra atmósfera. Retomando sus raíces en el blues y en el country, Wray le da a esta rola un toque rockabilly que de inmediato hace pensar en el Bill Halley de los inicios, para de ahí brincarnos al cadencioso surf que es Raw-hide, ese sonido que ya se venía escuchando con The Surfaris, Ther Ventures o Dick Dale, sin olvidar a The Champs. Ambas piezas, Swagger y Raw-hide, están como para bailar, lástima que mi pie derecho esté peleado a muerte con el izquierdo.
Sin perder la esencia del rock and roll, Dixie doodle es un popurrí hecho con dos piezas emblemáticas de la cultura gabacha, Dixie y Yankee doodle, el cual nos lleva de la mano con un sonido más cargado hacia el hillbilly y el country pero siempre con la identidad que Wray supo dar a su música hasta volverse un sonido inconfundible.
Como contraparte o complemento de Rumble, como se guste ver, más tarde Link hizo Ramble. Igual, sobre una base de blues pero menos agresiva que su predecesora, con la misma cadencia pero con una fuerza diferente, esta es más amable al oído pero por lo mismo su capacidad de seducción es menor. Si Rumble incita a la violencia (ya sea una pelea o una sesión de sexo duro), Ramble es el sentimiento que queda después, ya sea una enorme satisfacción o un gran vacío, según quien escuche.
Me resulta bastante divertido que Link Wray haya hecho una rola sabiendo que sería comparada con su éxito más grande, quizás en Ramble está lo que sentía por Rumble.
Como combatiente en la Guerra de Corea, Link Wray contrajo tuberculosos, lo que le causó un severo problema pulmonar que derivó en la extirpación de un pulmón, por lo cual muy rara vez cantaba, y cuando lo hacía, su guitarra sonaba mejor que su voz. Lo que sí es un hecho es que su material cantado no es tanto como el instrumental; sin embargo, al escucharlo cantar el cover que hizo de Ain’t that lovin’ you babe, de Jimmy Reed, no pierde la expresividad que en las cuerdas lograba.
Cantaba feo, sí, pero Bob Dylan nunca ha tenido una gran voz, y por eso Link Wray me remite de inmediato a Doctor John con una gemebunda voz de becerro, como en México tuviéramos a Rockdrigo González, y es que el blues no exige grandes voces, sino que estas nos rompan la madre al escucharlas.
Otro de los temas emblemáticos de Link Wray es sin duda Jack The Ripper. Con el tempo perfectamente marcado por la batería y un riff que puede hipnotizar, esta pieza instrumental de 1963 se puede equiparar con la gran y excelsa Wipe out, de The Surfaris, sencillamente extraordinaria, ideal para escucharla en el carro a todo volumen.
En la misma tónica de Rumble y Jack The Ripper, Big city after dark es una electrizante amalgama de surf y blues que no he escuchado en ningún otro músico ya que es como mezclar en una licuadora a Buddy Guy y Dick Dale con un poco de alcohol y más genialidad y listo, sale un Link Wray tocando Big city after dark.
Volviendo al surf playero y buena onda, Run chicken run es divertida, vertiginosa, como para bailar hasta caer, y es que Wray explota diferentes recursos al alcance de su guitarra pues no hay que olvidar que este hombre fue un pionero en lo que a distorsión de la guitarra se refiere.
Inspirada en la serie de televisión, The Shadow knows, más allá de la parafernalia televisiva, si la escuchamos sin esa referencia es desoladora y melancólica. La primera vez que la escuché (cuando conseguí este disco) eran las dos y media de la mañana y a un lado mío, en el escritorio, yacía un escocés y una opresión en el pecho me hizo apurar el trago. Pensé que había sido por eso, pero ahora, a la una de la tarde y con un café en la mano, la misma sensación se apodera de quien esto escribe. Al carajo con The Shadow y su serie de televisión, esta rola está sumamente rompemadres, algo que pocos músicos actuales consiguen.
Para sacudirnos ondas negativas, Deuces wild es un rocanrol riquísimo, un tanto psicodélico pero no tanto como para sumirse en ácido, sino más bien del tipo “un toquecito para manejar”. No estoy incitando a nadie pero vale la pena intentarlo, sobre todo en una noche en la carretera; si no, no se preocupe, igual es sumamente disfrutable la rolita, como lo es también Hang on, con lo que pocas veces se escucha en una pieza de Link Wray: un bajo que destaque, pues por lo regular este instrumento es meramente de acompañamiento, destacando siempre la guitarra (of course) y la batería. Buen surf para un buen momento.
También con referencias televisivas, Batman theme es una de las mejores versiones que conozco de el tema musical del oriundo de Ciudad Gótica, aunque la de Sun Ra no desmerece nada. Algo para fans tanto de Link como del personaje, sobre todo el de las décadas de los 60 y 70, no el darketo mamey que es ahora.
Casi para cerrar con broche de presión, Switchblade es un concentrado de la magnificencia de Fred Lincoln Wray Jr., ahí se puede escuchar su expresividad, su contundencia, la genialidad, el eficiente uso de los diferentes efectos (algunos inventados por él) y todo eso que hace de Link Wray un fantástico guitarrista y un pilar en la historia del rock, y por ello uno de mis héroes personales, por eso les recomiendo para esta semana escuchar Rumble! The best of Link Wray. Salud y que Jack The Ripper los acompañe.