El pasado 11 de agosto los artistas visuales y activistas Juan Maíz y Lobo Aldeniak fueron detenidos por la Policía Municipal de Morelia por realizar una intervención frente a la entrada principal del Centro Cultural Clavijero. La leyenda colocada en la banqueta frente a la puerta principal del recinto, decía textualmente “Se renta para bodas”, estaba enmarcada por dos corazones y rematada por el escudo de la Secretaría de Cultura.
La protesta tiene su origen en un reclamo que no carece de fundamentos. La Coordinadora de Colectivos, Activistas y Organizaciones Sociales de Michoacán (CCAOS), a la que pertenecen los artistas y activistas mencionados, denunció el uso de espacios culturales públicos para eventos sociales, concretamente el Centro Cultural Clavijero (CCC) y la Casa de la Cultura.
Para muestra, citan dos botones: el pasado 23 de marzo organizaron una proyección para conmemorar el aniversario de la Liga 23 de septiembre, el evento debió adelantarse un día, para que en el CCC pudiera realizarse una boda, el siguiente caso, más reciente, es la solicitud de una donación cercana a los 2,000 pesos para poder autorizar otra proyección en ese mismo recinto.
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¿Deben utilizarse los recintos culturales públicos para eventos privados?, la respuesta la dio, tal vez sin pensárselo demasiado, la presidenta Claudia Sheinbaum: “No deben usarse espacios públicos para ninguna conmemoración celebración o actividad”, aclarando que no se refería a eventos protocolarios, sino a fiestas. Esto tras el escándalo del MUNAL, en donde un burócrata usó dicho espacio cultural para llevar a cabo la recepción de su boda1.
Sin embargo, en Michoacán sí está reglamentada la renta de los espacios que tiene a su cargo la SECUM para la realización de eventos particulares. De acuerdo a declaraciones de la propia secretaria de cultura de Michoacán, Tamara Sosa, la renta del patio principal del CCC y la del segundo patio rondan los 250,000 y 150,000 pesos, respectivamente2.
Esto no es nada nuevo, mientras Amigos del Clavijero A.C. administraba el inmueble, se promovió la renta del recinto con la finalidad de recaudar fondos que se destinarían al mantenimiento del lugar3. Este esquema ya lo han utilizado espacios como el Colegio de las Vizcaínas, el Hospicio Cabañas y el polémico Claustro de Sor Juana.
Cuando la actual administración estatal retomó el control del CCC, dicha práctica no se detuvo, sino que parece haberse intensificado, aunque el dinero recaudado no se queda en el recinto, ahora llega a la Secretaría de Finanzas. No obstante, en este momento no están al alcance del público las cantidades generadas por este concepto, ni las que se utilizan para el mantenimiento de los recintos o la gestión de actividades culturales4.
Ahora bien. ¿Es justo que solamente las personas u organizaciones que puedan desprenderse de una cantidad significativa de dinero puedan disponer de los recintos culturales? En los últimos años he sido testigo de cambios de fechas y horarios de algunos eventos, de restricciones en el uso de espacios porque en el patio se está montando el tinglado de una boda fastuosa. Me queda claro que quien paga puede hacer que un evento que no es rentable cambie de hora o fecha.
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Es verdad que la actual administración de la SECUM ha facilitado espacios para expresiones diversas, sin embargo, no debemos olvidar que el CCC y la Casa de la Cultura son ante todo recintos culturales y no salones de fiestas, por lo que las prioridades deberían ser otras. En todo caso tendría que haber mejoras notables en las exposiciones presentadas, en el mantenimiento de los inmuebles rentados, así como en las condiciones técnicas que requieren los artistas y organizaciones que utilizan los espacios, sin dejar de lado que se necesita una mayor transparencia en el uso de los recursos.
El discurso diario de la administración federal es que los recursos (imaginamos que esto incluye a los recintos culturales) son del pueblo y ante los excesos de los políticos, a cada tanto se hace un llamado a la mesura y a la austeridad. Mientras tanto, muchos edificios históricos destinados a la difusión de las ideas, de la cultura, se rentan para bodas, haciendo gala de derroche y anegándose en ostentación.
NOTAS
1.- El 4 de octubre de 2024, Martín Borrego Llorente, quien fue jefe de oficina en la Secretaría de Relaciones Exteriores y posteriormente trabajó en la Semarnat, realizó un evento privado (la recepción de su propia boda) en el Museo Nacional de Arte (MUNAL). Lo que inicialmente se había presentado como un evento diplomático entre Rumania y México (la pareja de Borrego Llorente, Ionut Valcu, era miembro de la Embajada Rumana), resultó ser una boda en toda regla.
Las versiones del susodicho y del propio director del MUNAL, eran inconsistentes con la información proporcionada por El Universal el 8 de diciembre del mismo año. Al final, la cuestión se zanjó con la renuncia de Martín Borrego. Mientras tanto, Alicia Bárcena, actual directora de la Semarnat y jefa de Borrego desde sus tiempos en la SRE, dijo desconocer que su subalterno realizaría una boda en el lugar, a pesar de que ella misma figuraba en la lista de invitados.
2.- Las versiones del costo de la renta del segundo patio del CCC varían, de manera extraoficial la cifra actual es de $150,000 por día.
Información recuperada de los medios Informa Oriente y MiMorelia, que aunque no son recientes, aparentemente no han cambiado:
En cuanto a la Casa de la Cultura, otro de los espacios más solicitados, la información es mucho más vaga, léase la nota de Cambio de Michoacán:
3.- Entre los logros del patronato se cuentan el arreglo de los baños, de la fuente del patio central, así como algunas de las exposiciones más interesantes de los últimos años.
4.- Después de la extinción del Instituto Michoacano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IMAIP), sus funciones fueron absorbidas por la Secretaría de Contraloría del Estado (Secoem), sin embargo, si antes era muy difícil obtener información, ahora no queda claro cuál es el procedimiento para hacer una solicitud a través de la sección de transparencia del sitio de internet de la Secoem.