Dicen que cuando llueve en el campo todo es alegría, mientras que cuando eso pasa en la ciudad se desata el caos. La lluvia en la capital mexicana es el punto de contacto entre varias mujeres en Las locuras, la nueva película del cineasta de origen colombiano Rodrigo García, que tuvo función de gala en el marco del 23 Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), previo a su estreno en Netflix, programado para el 20 de noviembre.
Para ponernos en contexto, Rodrigo García Bacha es el mayor de los hijos del ganador del premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez y esposo de Adriana Sheinbaum, la hermana menor de la presidenta de México. El cineasta nacido en Bogotá ha desarrollado la mayor parte de su carrera en los Estados Unidos, en donde debutó como director hace un cuarto de siglo con el largometraje Con tan solo mirarla (Things you can tell just by looking at her, 2000), una cinta coral, que con un gran reparto, cuenta las historias entrelazadas de varias mujeres. Una estructura narrativa que es recurrente en el cineasta, quien no dudo en afirmar: “soy solo un hombre escribiendo sobre mujeres”.
Las locuras es un recorrido por las vidas de varias mujeres que coquetean, a veces sin proponérselo, con sus propios límites y los que la sociedad les impone. Mujeres exitosas y capaces que deben encarar las situaciones cotidianas de una gran ciudad, el otro gran personaje de esta película.
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En la rueda de prensa previa a la función, el cineasta contó que siempre le han llamado la atención las historias de personas inteligentes y cuerdas, que por algún motivo pierden la razón. De hecho, mencionó que la primera idea vino a partir de la experiencia de un amigo que tuvo un episodio bipolar. A partir de ahí recreó en su mente varias historias de mujeres que padecen alguna alteración mental y la manera en como eso repercute en quienes las rodean.
Rodrigo García estructura la película en seis capítulos con títulos de grandes obras literarias (Crimen y castigo, La educación sentimental y El sonido y la furia, etc.). Mencionó que le gusta trabajar en este formato a manera de episodios, en donde los personajes presentan pronto su conflicto, “me gusta que hierva el agua en 20 minutos”.
Apenas hace un par de años se estrenó su primer largometraje mexicano en Netflix, Familia (2023), en donde varias personas se reúnen para hablar de la posible venta de una propiedad que les ha pertenecido durante muchos años. Varias de las actrices de esa producción regresaron para integrarse a Las locuras, como fue el caso de Ilse Salas, Natalia Solián y Cassandra Ciangherotti, después se sumaron Adriana Barraza y el actor chileno Alfredo Castro.
Mujeres que bordean la locura pero que no dejan de ser ellas mismas, leen las cartas, son psiquiatras acosadas por su propia familia, artistas que buscan el autoconocimiento y ejecutivas de casas de bolsa que prenden fuego a tiendas que discriminan a las personas por su tono de piel. Después de todo, la locura es un terreno muy fértil, fuente de una gran variedad de anécdotas y en donde las mujeres “locas” son las que se salen del molde.