En el marco de la decimonovena edición del Tour de Cine Francés se presentó el inquietante thriller Un hombre ideal (Un homme idéal, 2015), segundo largometraje del joven director y guionista Yann Gozlan, quien debutó hace algunos años con la cinta de terror Cautivos (Captifs, 2010). La película se estrenó en marzo de este año en su país de origen y viene dando de qué hablar desde entonces.
Con guion coescrito por el propio Gozlan, Un hombre ideal recrea el ascenso de Mathieu Vasseur, quien emerge desde su modesto empleo en una compañía de mudanzas hasta convertirse en la nueva promesa de la literatura francesa. Vasseur, un joven aspirante a escritor, acusa un sufrimiento mayúsculo cada vez que recibe un nuevo rechazo de las editoriales. Pero tras el fallecimiento de un anciano solitario, la casualidad pone en sus manos un impresionante manuscrito inédito. El texto es tan bueno que decide publicarlo bajo su nombre, hecho que lo convierte en una celebridad inmediata. Pero a los pocos años, la presión de la fama, una novia exigente y el apremio de escribir una nueva novela, lo sumergen en una espiral de mentiras de la que será cada vez más difícil escapar.
La historia que cuenta Gozlan en su más reciente filme remite inevitablemente a la reciente El ladrón de palabras (The words, 2012), un desabrido drama hollywoodense protagonizado por Bradley Cooper. Si bien ambas comparten una serie de elementos como el plagio literario y la presencia de un misterioso extorsionador, lo cierto es que la versión francesa es claramente superior gracias a su elegante factura, su tono evidentemente más oscuro y una buena elección del reparto.
Y justamente la presencia del joven Pierre Niney, quien acaba de ganar el Premio César a Mejor Actor gracias a su interpretación en la película de Jalil Jespert, Yves Saint Laurent (2014), es fundamental para el buen rumbo del filme. Niney es capaz de dar vida a un personaje complejo, expresivo y contradictorio, logra conjugar ambición, miedo, lucidez y locura para darle cierto sentido a sus descabelladas ideas. Lo acompañan en este viaje la actriz Ana Girardot, como la absorbente novia del escritor y Thibault Vinçon en el papel del mal tercio, el entrometido y soso amigo de la familia.
Un hombre ideal es un thriller contado a la manera convencional, fuera de un corto pero llamativo prólogo, el uso de la cámara rápida en algunas secuencias y un par de escenas oníricas, el uso de florituras narrativas es mínimo. Las fortalezas del filme de Gozlan se encuentran en su gran trabajo actoral, una historia sólida (si ignoramos tres o cuatro soluciones arbitrarias) y un efectivo clima de suspenso que son apoyados por aspectos técnicos muy bien logrados como la música y la edición. La película logra su cometido al mantener al espectador atento gracias a su atmósfera agobiante y sus altos niveles de tensión, sin duda es uno de los mayores aciertos en la más reciente selección del Tour.