Armando Casimiro Guzmán
El drama del conflicto religioso que cimbró a nuestro país oficialmente entre los años de 1926 y 1929 nunca había sido llevado con justicia a la pantalla hasta la llegada del segundo largometraje de Matías Meyer, Los últimos cristeros (2011).
Basada en Los recoldos: Los últimos cristeros, novela escrita por Antonio Estrada, hijo de Florencio Estrada, uno de los últimos militares cristeros que se mantuvieron en armas hasta mediados de la década de 1930, la cinta es un acertado ejercicio cinematográfico con tomas largas, ritmo semilento y un absoluto respeto por el contenido; Meyer demuestra un amplio conocimiento en la materia, que además fue tema de estudio de su padre, el historiador Jean Meyer.
Campesinos oriundos de la región de Villa Hidalgo, Jalisco, son los encargados de dar vida a unos personajes recios y creíbles. Después de la presentación para la prensa pudimos platicar con Abel Lozano, Alejandro Limón, Salvador Ferreira, José Esparza y Antonio García, quienes nos hablaron de su experiencia en la película, en la charla rescatan el valor de la lucha de sus antepasados y la toma de conciencia en un tema que aún hoy no se encuentra debidamente reseñado en los libros de texto.
Durante la rueda de prensa al cuestionársele sobre el apoyo que brindaron a la película los gobiernos panistas de Jalisco y Guanajuato, Matías Meyer respondió: “Los cristeros no son de derechas o izquierdas, son de arriba”. Y es aquí donde radica el verdadero valor de Los últimos cristeros, evita los apasionamientos estériles y se concentra en la fe, que ya sea en una religión o en una causa, es la que promueve cambios. Así, aunque aún no tenga una posible distribución en México es una opción muy recomendable. ¡Enhorabuena!