Como parte del programa federal Cultura Comunitaria, entre octubre y diciembre del presente año el fraccionamiento Villas del Pedregal fue sede de una serie de actividades donde se dio prioridad a la formación artística en beneficio de los vecinos de ese fraccionamiento.
El objetivo fue crear comunidad y fomentar la participación ciudadana, un trabajo a cargo del grupo «Equipo Territorial de Michoacán», conformado por Astrid Velázquez, Paulina Grajeda y Tania Arcos.
Cabe destacar que Morelia fue uno de los 28 municipios beneficiados en los convites culturales, proyecto impulsado desde la Secretaría de Cultura del Gobierno Federal a través de la Dirección General de Vinculación Cultural del Programa Cultura Comunitaria, con lo cual se generan espacios de encuentro entre la población y los promotores artísticos.
En Morelia se realizaron 10 sesiones todos los martes desde el 19 de octubre hasta el pasado 10 de diciembre, teniendo como punto de encuentro el Centro de Desarrollo Comunitario del grupo Herso, gracias al enlace con sus encargados Dulce Fernanda Martínez Alonso, el ingenierio José Luis Solorzano García y Cuauhtémoc Abarca García.
Cada jornada tuvo la asistencia de 30 a 40 personas como una forma de construir un proceso comunitario. Los talleres y eventos culturales se efectuaron siguiendo los protocolos sanitarios ante el Covid-19, ofreciendo un programa de actividades dirigido a todo el público, lo que generó convivencia vecinal, reapropiación de espacios públicos y aprendizajes.
Se contó con la colaboración de diversos agentes culturales y colectivos para el desarrollo de las actividades, quienes impartieron sus sesiones abogando por los derechos culturales y la cohesión social de la comunidad. Se logró también un trabajo colaborativo con el colectivo “Ven y Juega” gracias a su representante Daniel Figueroa.
Participaron habitantes de diversos circuitos de Villas del Pedregal, los cuales disfrutaron de temas como juegos tradicionales y prehispánicos.
En esta experiencia se contó con un público intergeneracional, lo que les permitió convivir de manera paralela a mamás, hijos e hijas y primera infancia, entre ellos mismos y en la realización de otras actividades, como el taller de bordado y algunas charlas que se impartieron, mientras que a la primera infancia se le brindó un espacio de atención especial.
La respuesta positiva de la comunidad detonó la reapropiación de un espacio importante como es el Centro Comunitario y despertó el interés de los vecinos para continuar con este tipo de programas que tengan que ver con los lenguajes artísticos y provoquen nuevos espacios de sana convivencia para sus familias.
Finalmente, el 10 de diciembre se llevó a cabo la clausura de estos dos meses de actividades con una muestra comunitaria en la macroglorieta de la localidad, donde se reunieron algunos colonos de esta zona de la ciudad.