Armando Casimiro Guzmán/Claudia Daniela Casimiro Velázquez
La reciente participación de Ambulante más allá (AMA) en Michoacán dejó como resultado no solo cinco producciones, sino toda una generación de jóvenes documentalistas. Marku irekani (vivir juntos), es un esfuerzo colectivo que recupera el sentimiento comunitario del pueblo de Ihuatzio. Revés Online charló con Rosalba López (codirectora) y Vanessa Marín (editora/guionista), de este cortometraje documental:
¿Qué es un uandari?
RL: Está en purépecha y se traduce como rezador u orador, es quien toma la palabra en las fiestas, explica lo que se va a hacer con todos los honores del evento. Es un título que se ganan las personas honorables en la comunidad, que tienen buen comportamiento, además de mucha experiencia y saben cómo se llevan las fiestas.
¿Qué fiestas vemos en la película y por qué eligieron a estas personas para ser el centro del documental?
RL: Hicimos la invitación a estas personas (Soledad y Baldomero), son los abuelos de Daniel Morales (codirector), no había un vínculo tan cercano entre ellos, pero al proponerles que participaran en la película permitió que interactuaran más de cerca. Fue todo un reto porque estábamos planteando hacer algo sobre los guías rituales de las fiestas y al grabar en pandemia no había ninguna festividad. Lo que pudimos registrar fue un cambio de semaneros, que son los que cuidan la capilla de Santa Marta en Ihuatzio.
Después de ver algunos de los documentales de AMA, esperaba algo distinto de la fotografía, pero me encuentro con una imagen muy limpia y colorida. ¿Cómo llegaron a este diseño de fotografía?
VM: Hicimos varias tomas, repetimos las que representaban momentos más significativos, como el momento del lago, algunos paisajes, etc. Fuimos muy perfeccionistas, para la edición seleccionamos las mejores imágenes, las que podían representar mejor esos momentos que se sintieron muy mágicos en el momento del rodaje.
Las transiciones entre escenas son muy limpias. Da la impresión de ser un trabajo hecho por cineastas más experimentados. ¿Cómo llegaron a este resultado?
VM: Recibimos el acompañamiento de Ambulante, teníamos un asesor de edición que nos fue guiando, pero sobre todo estuvimos viendo mucho el material. Hicimos alrededor de siete cortes, pensamos en lo que se podía entender con las imágenes y en las metáforas que sirven para explicar ciertos momentos de la película.
¿Cómo se trabajó el sonido? En un principio se escuchan muchos sonidos de la calle y en la parte final se escucha solamente la música con una voz en off…
VM: Tiene que ver en cómo llegamos a ello, fuimos articulando imágenes para que el espectador se sintiera atrapado. Al principio queríamos hacer una descripción visual pero también sonora de la comunidad. Y al final, al momento de la fiesta, queríamos representar esta sensación festiva, donde hay más gente y nos da una idea más cercana de lo que es una vida en común.
Justo al ver el documental sentí una sensación de comunidad y la importancia de mantenerla unida. ¿Tenían esta idea desde el principio?
RL: Al principio teníamos la idea de hacer una película colorida, con sonidos de fiesta y a la vez entender la labor de los uandaris, que no tiene el reconocimiento necesario. Después tratamos de ver cuáles eran nuestras posibilidades y optamos por acompañar a la pareja (Soledad y Baldomero) en su vida cotidiana mientras comprendíamos lo que hacían. Definir el vínculo de la comunidad con esta labor se reflexionó durante el proceso de edición.
De hecho, para elegir el título pensamos mucho en “vivir juntos”, porque es una historia que está contada desde un matrimonio, pero también el trabajo que ellos hacen permite la realización de una fiesta que une a la comunidad.
Los documentales no necesariamente cuentan la vida de las personas, sino que crean una narrativa propia a través de sus sonidos e imágenes. ¿Qué tanto refleja la vida diaria de esta comunidad y qué tanto es una ficción?
RL: Probamos muchas cosas, fueron meses de probar el material y hubo muchas imágenes que quedaron fuera, porque queríamos que cualquier persona que no estuviera vinculada con una comunidad purépecha o relacionada con sus fiestas, pudiera entender su manera de vivir. Decidimos quedarnos con la parte de la vida en comunidad, entre las metáforas que pensamos fueron su vínculo con la tierra, con el maíz y con el agua… esos elementos naturales que hay en su entorno también fueron un punto de partida.
¿Qué sigue para el futuro? Lo difícil es empezar… seguramente esta experiencia les dejó la sensación de seguir adelante con nuevos proyectos.
RL: Creo que cada miembro del equipo tiene un camino a seguir. Pero en conjunto tenemos la intención de presentar esta película en otros espacios porque implicó mucho trabajo. Habrá que buscar espacios en festivales o hacer exhibiciones comunitarias y como somos de diferentes partes pensamos en la posibilidad de hacer una proyección en cada uno de los lugares de donde somos originarios.
En lo personal, cuando entré a Ambulante hubo un proyecto en el que estuve trabajando y que no se pudo llevar a cabo, pero que quiero realizar, de momento quiero preparar una carpeta de producción y esperar que surja una oportunidad para llevarlo a cabo.
VM: Yo quiero seguir haciendo edición, ya me llamaba la atención y ahora quiero aprender mucho más, he estado acercándome a otros talleres para seguir capacitándome y me gustaría desarrollar el proyecto con el que entré a Ambulante, estoy segura que voy a seguir en esto.