La desaparición de un niño, una tormenta inesperada y un secreto guardado por muchos años, son algunos de los elementos principales de Tres días y una vida (Trois jours et une vie, 2019), octavo largometraje para cine de Nicolas Boukhrief. Aunque su filmografía es más bien irregular, Boukhrief es constante en cuanto sus temas, ya que acude con frecuencia al mundo del crimen en sus producciones.
Las Ardenas son un territorio que abarca una zona limítrofe entre Francia y Bélgica, conocido principalmente por ser escenario de algunos episodios sobresalientes de la Segunda Guerra Mundial. Antoine es un niño de doce años que vive en Olloy, pequeño poblado en la parte belga de Ardenas. En los días previos a la nochebuena de 1999, Antoine, cegado por una incumplida fantasía amorosa, comete un par de imprudencias que dejarán una marca indeleble en su vida y en la de la comunidad.
En 1999 Antoine ha perdido la inocencia con un desengaño amoroso acompañado por una racha de víctimas fatales que incluyen a un niño de seis años y al perro de sus vecinos. Las malas decisiones del protagonista se cubren con la llegada del huracán Lothar, que en los últimos días de ese año provocó inundaciones, destrucción de casas y bosques, además de casi un centenar de muertos a su paso por Europa.
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Este inusual fenómeno meteorológico resulta providencial para el protagonista y convierte sus temores iniciales en sangre fría para simplemente echar tierra en el asunto. Quince años después el joven regresa al terruño, ya convertido en médico, mira por encima del hombro a sus paisanos e incluso logra saldar cuentas con el amor de su infancia.
Pero el pasado siempre nos alcanza y Antoine deberá pagar sus tropiezos de la manera más inesperada: renunciando a sus sueños mundanos, recriminado por el amante de su madre y chantajeado tanto por su antiguo tutor como por una joven sin escrúpulos.
El guion, firmado por Perrine Margaine y Pierre Lemaitre, está basado en una novela de éste último. Afamado ganador del premio Goncourt, Lemaitre es también un reconocido guionista para televisión. Hay que hacer constar que la obra que nos ocupa está editada en español por Salamandra.
La habilidad narrativa de Lemaitre hace juego con el talento visual de Boukhrief. Si bien resulta convencional durante la mayor parte del metraje, los ocasionales desplazamientos de cámara aportan una tensa sensación de descubrimiento como cuando vemos el beso furtivo tras los arbustos o el temor culpable de Antoine a orillas de la carretera.
CRÍTICA
El pequeño pueblo es un microcosmos que Boukhrief no alcanza a retratar a detalle, hay varios personajes que merecían una exploración más detallada, aunque justo es decirlo, la versión exhibida en México es 16 minutos más corta que la que se vio en Francia. No obstante, hay que reconocer el talento del director para sacar el mejor provecho de un buen elenco encabezado por Sandrine Bonnaire, Charles Berling y Pablo Pauly.
Tres días y una vida abre con una vista de tejados oscuros, niebla y bosque cerrado. A partir de ahí, conserva en todo momento esa atmósfera opresiva de pueblo pequeño del que no se puede escapar. Sin temor a exagerar, es uno de los mejores thrillers que se han presentado a lo largo de las 24 ediciones del Tour de Cine Francés.