El 13 de noviembre de 2015 ocurrieron una serie de atentados terroristas en Paris. Un total de 131 personas murieron y más de 400 resultaron heridas en estos ataques reivindicados por el Estado Islámico. Bares, restaurantes, el Estadio de Francia y la sala de conciertos Bataclan, fueron los objetivos. Justo en este último lugar se encontraba el hermano de la directora y guionista Alice Winocour. El hermano sobrevivió y años más tarde, la directora parisina decidió explorar ese tema en su cuarto largometraje. El resultado fue Recuerdos de París (Revoir Paris, 2022).
Durante una noche de lluvia, Mia (Virginie Efira), una traductora que conduce una motocicleta, decide refugiarse en un concurrido restaurante. A su alrededor las personas se toman fotos, charlan animadamente y hay incluso un grupo que celebra un cumpleaños. De repente sucede la tragedia, hombres armados irrumpen en el lugar matando a todo aquel que se cruce en su camino. Mia sobrevive, pero tres meses después, con una cicatriz en el costado, recuerdos fragmentados y un ánimo por los suelos, decide volver al lugar donde ocurrió el ataque.
La directora redactó el guion en conjunto con dos experimentados escritores Jean-Stéphane Bron y Marcia Romano. Después de presentar una semblanza de la protagonista y mostrar los primeros minutos del atentado, queda claro que lo que quieren contarnos es lo que sucede después, cómo hacen la protagonista y el resto de los sobrevivientes para seguir adelante con sus vidas, aunque cada uno de ellos deba pasar por procesos diferentes para alcanzar su objetivo.
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Un día de cada semana las víctimas se reúnen en el restaurante. Se sientan en los lugares que ocuparon e intentan reconstruir lo sucedido, algunos para agradecer a quienes los tomaron de la mano, otros para imaginar lo que estarían pensando sus seres queridos antes de morir, incluso hay algunos que mienten, con la intención de ocultar sus acciones mezquinas durante el tiroteo.
Conforme avanza el metraje somos testigos del proceso de sanación de la protagonista. Su ensimismamiento sufre una sacudida cuando regresa al restaurante. Recorrer nuevamente el escenario de la tragedia, así como el intercambio de recuerdos con otras víctimas, le permiten recobrar poco a poco la memoria. Este paso le permite evaluar su vida previa, pero también la lleva a la búsqueda de la persona que compartió con ella esos angustiosos momentos: un cocinero que la tranquilizó en su escondite mientras afuera se desarrollaba la matanza.
Pero después de unas semanas la vida sigue en París, alrededor de Mia las personas van al trabajo, charlan en las cafeterías y salen a divertirse. Winocour nos muestra el Arco de Triunfo, la Plaza de la República y hasta los alrededores de la Torre Eiffel, como una señal de que la capital francesa fue herida, pero está de pie. Sin embargo la directora no señala, no muestra a los terroristas ni sus reivindicaciones, no se enfoca en la violencia sino en la vida.
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En la película se menciona el concepto de psicología denominado “diamante del trauma”, que consiste en encontrar algo positivo después de pasar por una experiencia trágica. En ese sentido vemos como personas de diferentes estratos sociales, lo mismo empresarios bursátiles que inmigrantes ilegales, se unen y se conocen gracias a un suceso lamentable. Para la protagonista, que nunca antes se había preguntado si era feliz, significa un cambio de rumbo en su existencia.
Recuerdos de Paris era uno de los títulos más esperados del 27 Tour de Cine Francés. Es justo decir que la película no es nueva, se estrenó el año pasado en Cannes como parte de la Quinzaine des cinéastes (anteriormente conocida como Quinzaine des réalisateurs), sección paralela del festival. Indudablemente esta historia de sanación y resiliencia es lo mejor en la filmografía de la directora Alice Winocour, además confirma a Virginie Efira como una de las grandes actrices del cine francés actual.