El Festival de Aviñón es uno de los encuentros teatrales y de artes escénicas más importantes de Europa. Desde su fundación en 1947, se ha convertido en una enorme fiesta veraniega en donde se exhiben todo tipo de obras, desde las grandes producciones de teatro clásico hasta pequeñas obras de actores aficionados. Durante el mes de julio de cada año, la pequeña ciudad francesa se llena de productores y empresarios teatrales, actores, dramaturgos, periodistas y un público ávido de nuevas experiencias.
Rodrigo enamorado (Avignon, 2025), la ópera prima del actor, guionista y director Johann Dionnet, transcurre en uno de estos veranos. Stéphane es un actor de poco éxito, y justo cuando está tentado a dejar la actuación, es invitado a montar una pequeña obra en el Festival de Aviñón. Un reencuentro con un antiguo amor y una confusión se traducen en una mentira que va enredando cada vez más al protagonista, quien tratará de sobrevivir al festival con su amor y su orgullo intactos.
La película está basada en Je joue Rodrigue (2022), un exitoso corto de Dionnet, que con la ayuda de los guionistas Benoît Graffin y Francis Magnin, se transformó en el largometraje que llegó al 29 Tour de Cine Francés. En el corto, el personaje principal fue interpretado por el propio director, quien para esta nueva versión se reserva uno de los papeles secundarios.
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Se nota que Dionnet conoce muy bien Aviñón, describe con soltura el ambiente que permea en la ciudad: el calor asfixiante del verano, las calles atestadas de gente y artistas callejeros, las paredes plagadas de afiches de toda clase de obras y esa especie de sistema de castas que establece una diferencia entre quienes participan en los montajes de gran presupuesto y los actores de pequeñas piezas de teatro de bulevar, aquellos que en ocasiones sobreviven a base de aplausos y botellas de vino provenzal.
Gran parte del atractivo de la cinta estriba en las diferencias entre el protagonista y su interés romántico. Stéphane (Baptiste Lecaplain), odia la pomposidad y está muy lejos de alcanzar éxito en los escenarios, mientras que Fanny (Elisa Erka, quien interpretó el mismo papel en el corto original), es una actriz exitosa que adora el teatro clásico. Una confusión hace creer a Fanny que su amigo interpreta a Rodrigo, en una prestigiosa adaptación de El Cid, de Pierre Corneille. Al verla tan emocionada, Stéphane decide seguir el juego, aunque a cada momento se hunde más profundamente en su mentira.
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Es evidente que extender un corto para hacerlo largometraje suele tener riesgos, algunas escenas se alargan demasiado y se agregan un par de subtramas, que a pesar de ser muy divertidas, no inciden en la narrativa principal. Sin embargo, el director se rodea de un gran grupo de actores, que aunque no son muy conocidos (salvo la comediante Alison Wheeler), logran armar un elenco sólido y personajes creíbles. Y si bien, como casi todas las comedias románticas tiende al desenlace tramposo, no decepciona gracias al encanto de sus protagonistas.
El Aviñón de Johann Dionnet es un gran escenario para una comedia de enredos, es luminoso y vibrante, además captura de manera entrañable el ambiente y las sensaciones que permean entre los asistentes de cualquier evento cultural de mucha tradición. Es decir, amores veraniegos con una buena dosis de espíritu de festival.