Tras las huellas de mi olvido. (Almadía-2010)
Bibiana Camacho ofrece una historia de personajes asfixiados por su mediocridad, temerosos de su propia cobardía.
En medio de una ciudad caótica en la realidad pero fantasmal en sus sueños, Etél trata de recordar ese algo que le puede solucionar la vida, y mientras lo consigue, ha de lidiar con un novio gris, una madre irritante hasta los huesos y un padrastro débil pero comprensivo. Una familia disfuncional a todas luces sintetizada así por su protagonista, en referencia a madre y novio: “…se odiaban, pero cuando se trataba de algo relacionado conmigo se unían. Mamá decía que Bernardo era un bueno para nada y Bernardo que ella era una bruja”.
Los personajes de Tras las huellas de mi olvido (Almadía, 2010) surgen de esa olla de presión llamada Ciudad de México, con sus calles oscuras, sus barrios perdidos y su transporte urbano repleto hasta el último rincón.
Los diálogos de la novela poseen una fluidez absoluta, consiguen retratar el perfil de una joven cansada de la mediocridad, pero sin las fuerzas suficientes para darle un viraje a su vida, para abandonar esa casa vieja donde siempre pasa lo mismo, ese hogar que incluso es asfixiante para el pusilánime de su padrastro.
Mentiras, pretextos, acusaciones y salidas falsas rodean a esta historia escrita por Bibiana Camacho, colaboradora asidua de Revés que inicia así lo que promete ser una interesante trayectoria en el mundo de la literatura.