Entre películas de buena manufactura y otras que entran directo al camp es que concluyó el FERATUM, Festival de Cine de Terror, Ciencia Ficción y Fantasía que cumplió su primer capítulo en un Tlalpujahua, pueblo que rápido se adaptó al cambio de identidad de este festín que ya lo acompañaba desde 2008.
Las cintas que más llamaron la atención fueron Exision, El eco del miedo, La memoria del muerto, Making of Sangriento y Exit Humanity, que se encargó de dar cerrojo la noche del sábado. Entre las actividades externas que llamaron la atención de los lugareños estuvo el Desafío Exprés, concurso donde seis equipos tenían el reto de realizar un cortometraje de 5 minutos bajo la temática del fin del mundo. El hecho de rodarlos en Tlalpujahua significó la participación de la gente, que se prestó no solo a actuar, sino a prestar sus casas o negocios como locaciones.
Justo el homenaje a Cristian González, uno de los directores más extraños de México, merecedor de alias como El rey del videohome, El amo del Mexplotation o El rey del underground; lo cierto es que sus películas no encajan ni el pomposo cine de arte ni en esas producciones B que se venden como pan caliente por contar historias de narcos o albures picosones. Van dirigidas, lo ha confesado, a clase medias y bajas y abordan personajes que van de lo común a lo bizarro, metidos en historias que nadie quiere contar.
La marcha zombie, una retrospectiva del festival Macabro y proyecciones de joyas mexicanas como La nave de los monstruos, El planeta de las mujeres invasoras y La venganza de los punks fueron otros de los atinos de un festival que como puntos en contra tuvo retrasos en sus funciones de inauguración y clausura, además de mostrar la película inaugural, Exision, en una muy mala calidad visual.
Así se fueron tres días de Feratum, que logra salir avante en esta nueva época y que tendrá como reto la innovación constante para seguir sorprendiendo a los asistentes, al margen de que ya no es el único festival del género en la entidad michoacana.