La Convocatoria del Festival La Yoshokura a un Concurso de Bandas michoacanas ha generado polémica entre la comunidad de músicos locales. Varios de ellos cuestionan que entre las bases se incluya una cuota de inscripción, la venta obligatoria de boletos y aspectos a calificar como el desenvolvimiento escénico o los aplausos del público.
A fin de conocer con detalle el sentir por esta propuesta, Revés on line consultó a varios músicos de la ciudad y también a un representante de Producciones Guajiras, empresa que coordina el evento. Por la extensión de las opiniones, las menos amplias se las compartimos en esta misma entrada, y en el caso de las más detalladas agregamos un link particular.
¿Qué dice la convocatoria?
Es un concurso de bandas que tiene dos etapas; una preselección que define a semifinalistas quienes tocarán el 14 y 15 de agosto en los bares La Junglería y Viuda Negra, respectivamente. La cuota de inscripción por cada integrante es de 100 pesos, y además, cada banda deberá vender 25 boletos a un precio individual de 60 pesos para ese par de presentaciones. Un jurado determinará quiénes son los dos ganadores, quienes como premio principal tendrán la oportunidad de ser teloneros de Bengala, cuyo concierto se llevará a cabo el 16 de agosto en las instalaciones de Yoshoku.
Durante la rueda de prensa el director del Festival, Jesús Barragán, mencionó la posibilidad de contactar representantes de diferentes disqueras para que presencien las eliminatorias, sin embargo, se trata de una mera posibilidad no bien definida.
Los aspectos a calificarse serán: interpretación, desenvolvimiento escénico, imagen del grupo, propuesta musical, apoyo de la gente y poder de convocatoria. En especial este último punto está complementado por unos paréntesis en donde dice: “boletos vendidos”. Cada punto tendrá un rango del 1 al 5, resultando ganador el que obtenga la mayor cantidad de los mismos.
Los organizadores opinan:
Edén Ensástiga, integrante de Producciones Guajiras
La idea de la cooperación en primera instancia es para financiar los gastos de producción de todo el evento, ya que la mayoría de los recursos están destinados al evento de la Yoshokura el 6 y 7 de septiembre. El compromiso con indio (Unión Indio) es que si este concurso sale bien, el próximo año ellos podrían financiar todo. Pero tenemos que consolidarlo, por ende, Producciones Guajiras no tiene recursos propios. Además, es muy natural que en los concursos de bandas haya este tipo de requisitos monetarios. Si revisan las convocatorias de este tipo que no son financiadas por alguna institución, todos tiene inscripción y cuota de boletaje, pero además es natural porque es parte de la competencia. Uno de los requisitos es el apoyo del público, los aplausos, y ésta es una manera de dar equidad también. Los grandes grupos así comienzan, y los grupos que ahora están surgiendo en las capitales del país así comenzaron, lo que pasa es que aquí no estamos acostumbrados a este tipo de competencia.
En relación a la amonestación, es solo bajar algunos puntos en el aspecto a calificar de poder de convocatoria, no es grave, ni tiene que ver con alguna amonestación monetaria, aquí el tema es que se incumple con una regla. La verdad es que 25 boletos para una banda que quiere salir adelante es muy poco. Es más, le das 5 boletos a cada integrante de la banda y sale.
El tema de los derechos de autor es importante como organización, porque podemos meternos en temas legales. Las disqueras o productoras, que tienen firmado a algún grupo o canción, cobran el derecho a reproducirlas, es decir, tendrías que pagar para que ese grupo o canción sean sonadas en el concurso, eso en primera instancia. El otro tema es que queremos que las bandas que suenen ahí estén disponibles, para que si algún promotor o representante los escucha y le interesa trabajar con ellos no haya intermediarios, que eso complica los contratos. Garantizas que la Rola es de ellos y no es plagiada y que si alguien la firma o la quiere, se pueda comercializar completamente, con la autorización del grupo, claro está (en referencia al punto donde se les pide a las bandas una carta firmada donde aseguren la titularidad de los derechos autorales del material que presenten).
Entonces, sí entiendo que brinque en primera instancia, pero es el camino para generar más competencia leal, y elevar la presencia del rock moreliano en la escena nacional. No es un asunto de negocios, la verdad apenas va a salir para pagar todo lo que vamos a poner, aquí la ganancia no es monetaria, será musical si todo sale chido.
La comunidad responde:
Odín Arcila (integrante de Emet Reverb’s)
Honestamente, creo que no es la forma de hacer un evento de esa magnitud cuando no se cuenta con un estructura económica ni productiva, y menos ver cómo tratan de manipular el talento que hay en Morelia. En lo personal considero que todos merecemos el mismo trato que todas las bandas que vienen de fuera, no creo que a ellos los pongan a vender boletos y que tengan que pagar por venir a tocar. ¿Cuándo podremos sobresalir en este arte, si no hay foros donde tocar, y cuando hay, es manipulación a conveniencia? Hay mucho talento en Morelia y las nuevas generaciones de bandas deben de adquirir y sentir la experiencia de tocar en buenos escenarios para así tener más ganas de superarse musicalmente y hacer que la ciudad suene.
Roberto Castro (Productor y conductor del programa radiofónico Pastel)
Considero que es una convocatoria mediocre, carente de creatividad pero sobre todo de compromiso para ofrecer un evento que ayude a promocionar a las bandas locales que representan una manifestación cultural muy valiosa para nuestra ciudad.
Juan Carlos Cortés (JC Cortés Band y Pollomingus)
Lo turbio de su convocatoria tal vez ayude a movernos a los músicos a realizar mejores eventos, a gestionar por nuestra cuenta y mostrar que lo que importa es la música y no un mal negocio. No creo que el Festival de la Yoshokura se interese de verdad en los músicos locales.
Roy Stereo (Stereoadicta)
Me parece muy bien que un festival tan importante como lo es La Yoshokura quiera apoyar a las bandas de Morelia y alrededores, pero yo no lo veo como apoyo, ya que por el camino recorrido he aprendido que estas convocatorias no le sirven a una banda. Si en realidad se quisiera apoyar creo que es más sencillo y se puede lograr, eso de la venta de boletos e inscripción lo van a pagar las bandas amateur porque no saben lo que es en realidad meterse en esto, por lo tanto, tal vez tengan una banda que cumpla los requisitos pero en realidad es pésima y no merece eso.
Jonathan Macotela (Pollomingus)
Es una lástima que esa siga siendo la visión de los empresarios respecto a la producción musical local. No tienen ningún respeto por ella, sólo la aprovechan como recurso de marketing. Pero tal vez su falta de respeto esté justificada. Porque no hay ningún movimiento musical o grupo que imponga un respeto para quienes organizan este tipo de convocatorias (cuyo fin es el espectáculo no el «arte» o la música por sí misma). Y esto no tiene qué ser algo necesariamente negativo, puede interpretarse como que hay proyectos muy sólido y buenos, pero sin aspiraciones comerciales, o hay proyectos muy endebles y/o malos (y por lo tanto invendibles) con muchas aspiraciones comerciales.
En resumen, es una pena que, por una parte, haya convocatorias que incentivan el rockstarismo (las aspiraciones de proyección en las grandes ligas musicales y la ilusión de la farándula rockera); y, por otra parte, es una pena que haya grupos cuya meta no es la música sino el éxito en términos del mercado. De acuerdo con esto último, entonces no hay mayor polémica en el asunto: la convocatoria está hecha para un segmento muy específico de grupos musicales, uno cuya meta es la que la convocatoria les propone.
Manuel Contreras (Stereoadicta)
Para nada son nuevos los concursos de bandas , son usados por empresarios o dueños de bares que algún día vieron la oportunidad de hacer dinero sin tanto esfuerzo valiéndose de las ganas que tiene una banda joven de destacar y tocar en un buen escenario y con la ilusión de ganar premios, ya sea grabar un demo sin costo o un contrato con una disquera. Una vez participé en uno con mi banda, en el Bull Dog Café de la ciudad de México; una amiga nos vendió casi todos los boletos que nos pedían los organizadores (la verdad no eran baratos ni fácil el venderlos) nos acompañaron algunos amigos desde Morelia y logramos entrar al concurso. Para no hacerles el cuento largo, nuestro turno de tocar fue a las tres de la mañana, ante acaso 20 personas que aun quedaban en el bar tratando de seguir la fiesta. Nuestro ánimo no decayó, aunque ya se sabía quién había ganado horas antes de que siquiera tocáramos: una banda de metal que tocaba covers, escuché decir.
A propósito de la última convocatoria que ha salido para el concurso de bandas, solo puedo decir que cada una tiene el derecho a entrar o no al concurso, pues la dedicación y la vocación que tengan por su música es el principal motor para buscar los medios y hacerse notar para más gente. Ahora bien, pasado el tiempo y la distancia, desde aquel concurso en el que participamos, me queda la idea que no es la mejor forma pagar por tocar y que unos jurados reconocidos decidan qué es bueno y qué no; si tu idea de una banda es creer que un concurso te hará ser súper famoso de la noche a la mañana estás equivocado, y eres presa fácil de mercaderes del rock. Una banda se hace a sí misma con ayuda de sus amigos a los que les gusta la banda y una serie de trabajos que cada integrante tiene que hacer (y a veces ni siquiera eso resulta). Para concursos ahí esta La Academia.
Lalo González Téllez (Músico independiente)
Como músico desde hace varios años, estoy consciente del trabajo que conlleva la composición de una canción, así como el proceso de arreglarla, aprenderla e incluso grabarla para darla a conocer. Sin mencionar los gastos que conllevan desde pagar el taxi para acudir a ensayar con el grupo, hasta la compra de instrumentos, sonido y equipo para dichos ensayos y/o presentaciones.
Siendo realistas, como está la situación en el Estado, siendo grupos de música propia es aún más difícil lograr algo que los grupos de covers, por lo que lejos de «apoyarnos», estos eventos sólo buscan denigrar a los participantes. No es válido argumentar la solvencia de los gastos del evento, puesto que eso corresponde a los organizadores (que no será nada barato) y el consumo de bebidas (que según ellos será para el bar), además de que hay multitud de lugares donde podrían organizarlo sin costo alguno. Pero bueno, a leguas se ve la intención de lucro con estos eventos, más que de apoyar.
Wont (Integrante de Akuma)
Creo que esta convocatoria se encuentra fuera de la realidad de lo que es hoy el rock en Morelia, nuestra ciudad cuenta quizás con muchas bandas de todos los géneros pero la escena es muy pequeña, realmente muy pocas agrupaciones existen con el verdadero fin de sobresalir y generar un disco, algo que aporte un sonido, mucha gente solo esta ensayando o tocando por hobbie.
Polo Barajas/ Músico independiente
Primero que nada es una ofensa al intelecto que te des cuenta que todavía no inicia el «concurso» y ya se ven desde lejos muchas cosas que indican que solo quieren hacer dinero fácil a costa de personas que sueñan con un espacio para mostrar su expresión artística.
Es lamentable que: (seguir leyendo)