Por Pata Maldita
No lo quería la verde amarella, que metida en una dificultad similar a la que atraviesa la Selección Mexicana de furbol –con la única diferencia de que en Brasil se desarrollará la Copa Mundial de furbol–, pero Diego Costa, el delantero del Atlético de Madrid que lleva ya más goles anotados con el equipo de la capital de España de los que llevaba Radamel Falcao a estas alturas de la temporada hace un año, es ahora el objeto del obscuro deseo entre la selección ibérica y la selezao.
La dupla Scollari-Parreira que de unos meses a la fecha comanda a la escuadra brasileña, dos entrenadores campeones mundiales, en Estados Unidos 1994 y Japón-Corea 2002, ambos con una soberbia tan grande para que el proverbio argentino de que se suban sobre su ego y se arrojen desde ahí para suicidarse pueda cumplirse, han dado la vuelta a una situación que con Mano Menezes parecía sinceramente irreversible.
Pero con todo y Fred y Hulk, dos troncos de “9”, Brasil le metió nada más y nada menos que 4-0 a la vigente campeona del mundo, España, en una final en la que “La Roja” siguió jugando sin un delantero centro y sí con un falso “9” como lo hace Messi en el Barcelona. El problema es que ante los cambios de jugadores, que obviamente no están al nivel de hace cuatro o seis años, se vuelve indispensable para el técnico de España, Vicente Del Bosque, reconfigurar la fórmula que tantos éxitos le ha dado a catalanes y españoles en los últimos tiempos.
Parte de esa reformulación pasa por no dejar ir a un jugador carioca como Diego Costa, al que todos le habían estado haciendo el fuchi, a pesar de su alto nivel mostrado en La Liga desde hace más de un año y medio, opocado en parte por el “Tigre” Falcao. Con la nacionalidad española conseguida, ya como jugador comunitario, Del Bosque se ha estado pensando si convocarlo a la grande.
Y es entonces que la dupla Scollari-Parreira dice que Diego Costa está contemplado en una lista preliminar de 45 jugadores de entre los cuales se elegirá a los 23 que defenderán la playera de Brasil en la justa mundialista, momentos antes de que la Federación Española lo convoque. La FIFA decidirá, dicen los periódicos de España; y algunos de sus columnistas más temibles y parciales afirman que el jugador brasileño terminará decantándose por “La Roja”.
Pero a quién le importa eso. Ojo mejor con las manifestaciones durante el Mundial de furbol, y ojo si México no califica porque las televisoras y los monopolios de comunicaciones tienen ahí invertidos miles de millones de billetes verdes. Rumbo: Brasil 2014, país del futuro, según Stefan Zweig.