CARTELERA RETROSPECTIVA
Zonas húmedas (Feuchtgebiete, 2013), es una de esas curiosidades que por azares del destino llegan a la cartelera local. Cobijada por el concepto Sala de Arte de Cinépolis, el segundo largometraje formal del joven cineasta germano David Wnendt, hace su fugaz aparición en México tras su paso por los festivales de Locarno y Sundance (en donde estuvo nominada al Gran Premio del Jurado), previo paso por la Cineteca Nacional y la 13 Semana de Cine Alemán.
En 2008 la multifacética Charlotte Roche (es actriz, cantante, escritora y presentadora de televisión), presentó su novela Zonas húmedas (editada en español por Anagrama), una mezcla entre la autobiografía cómica y el erotismo desgarbado, que ha sido traducida a más de 25 idiomas y ha vendido tan solo en su país de origen más de un millón y medio de copias, algo que jamás hubiera imaginado la autora de origen británico afincada en Berlín.
Como suele suceder con esta clase de fenómenos literarios, la obra cuenta con partidarios y detractores por igual, los primeros la describen como una gran aproximación al erotismo y símbolo del nuevo feminismo, mientras que los segundos la señalan con calificativos que van desde artificialmente provocadora hasta vilmente pornográfica. Esta fuerte controversia fue la que llamó la atención de David Wnendt, quien buscaba un nuevo proyecto tras el buen recibimiento de su filme de titulación Kriegerin (2011).
Zonas húmedas, como su nombre lo indica, hace referencia a la intimidad del cuerpo femenino, sus fluidos, sus olores y sus excreciones, todo ello contado a través de la voz de Helen, una adolescente germana que disfruta abiertamente cada rincón de su cuerpo. Su fijación con el desaseo, su ateísmo declarado y lo abiertamente sexual de su carácter, funcionan a manera de protección contra la nula atención que le brindan sus progenitores divorciados: una madre puritana obsesionada con la higiene y un padre desobligado y hedonista, cuya herencia más duradera para su única hija ha sido un penoso padecimiento, las hemorroides.
Aunque la actriz alemana Carla Juri luce un poco mayor de lo que debería, lo cierto es que lo hace bastante bien, apoyada por una vistosa y colorida ambientación. Lo exagerado de su narración y el tono de voz casi infantil de la protagonista, dan forma a un interesante personaje femenino que contrasta su franqueza con la ingenuidad de una adolescente vulnerable y solitaria, cuyos únicos objetivos en la vida son volver a reunir a sus padres así como obtener los favores de un atento y joven enfermero.
A pesar de que para buena parte del público pueden resultar excesivas varias de las secuencias de la película (el intercambio de tampones usados, pizzas cubiertas con semen y juegos con toda clase de fluidos), lo cierto es que van perdiendo impacto debido a la reiteración, lo cual no es necesariamente malo aunque resalta el gusto de Wnendt por generar cierta repulsa en la audiencia. Zonas húmedas funciona también como una atípica comedia romántica, con la consabida relación chico-chica, pero con una exploración más abierta y franca de la genitalidad femenina. A pesar de que pueda acusar algunos desaciertos, definitivamente resultará divertida y difícil de olvidar entre los espectadores más desprejuiciados.