Parece que dedicarse a la cultura en Michoacán a veces se convierte en un suplicio, y me refiero tanto a promotores culturales como a los artistas. Recientemente se realizó lo que el gobierno estatal llamó un foro de consulta ciudadano donde se tocaron temas relevantes en cuanto al desarrollo del estado, sin embargo, no se realizó una mesa dedicada a uno de los temas más importantes: la cultura.
¿Por qué no querer escuchar a los artistas- ciudadanos?, o peor aún ¿Cómo se puede pasar por alto? Morelia es más que una ciudad Patrimonio de la Humanidad, es un referente cultural a nivel nacional, alberga los festivales más importantes de música, cine y hasta de las letras lo hizo, hasta que llegó el PRI, eso sin contar la infinidad de propuestas de calidad por parte de grupos independientes.
Digo esto más que como reclamo como reflexión, y me pregunto cuál es el estado actual real de la cultura y en dónde estamos parados quienes nos dedicamos a esto. Hace unos meses pasé por un momento que me hizo desilusionarme una vez más de la manera en que muchas personas operan creyendo que la cultura es un negocio, donde puedes utilizar a los demás y salir bien librado, y ni hablar de las instituciones que con toda la responsabilidad a cuestas trabajan con una indiferencia casi increíble. No generalizo, claro, hay quienes dentro de estas instituciones con su trabajo del día a día sacan la casta por quien quizá no debieran, pero es su chamba.
Después de esta amarga experiencia que me llevó a reflexionar muchas cosas, me doy cuenta que muchos creadores y promotores culturales caemos en los mismo errores, y esto es porque desconocemos la operatividad, los derechos y obligaciones de ambas partes, las responsabilidades jurídicas y sobre todo, que cada cosa que hacen en las instituciones nosotros tenemos derecho a saberla. Así que aquí les dejo una guía práctica para que no sufran por los retrasos de los pagos o al menos tengan la seguridad de saber dónde está su dinero, y mucho menos porque un tercero se beneficie a costa suya.
1.- Firmen contratos claros.
Cuando participé en la Caravana Cultural Animarte 2015, coordinada por Eric Mauleón, me confié porque era alguien con quien ya había trabajado y se me hizo innecesario pedir un contrato en donde se especificaran mis condiciones de trabajo y el pago. Hasta la última semana de trabajo nos dio a firmar un convenio hechizo que no tenía especificaciones, solo los datos generales de la caravana y del cual, a pesar de pedírsela, no se nos dio copia, y apenas si pudimos sacarle una foto.
¿Por qué es importante? Siempre es necesario acreditar la relación laboral con quien te contrata, en un trabajo común es lo primero que se realiza, y es importante porque aunque se trataba de un recurso federal al cuidado de la Secretaría de Cultura de Michoacán, si existe un problema estos últimos se lavarán las manos, pero si alguna de las personas de la secretaría a cargo se reúne contigo para evaluar si estás capacitado para el trabajo ya se crea un precedente de relación legal con la institución.
2.- Solicitar documentos públicos
Muchas veces cometemos el error de que cuando esperamos que salgan nuestros pagos solo vamos a la oficina o llamamos, por supuesto que la respuesta siempre será el famoso “ya casi sale”. No solo como personas involucradas con un proyecto, como ciudadanos podemos requerir información de los convenios y la manera en que son ejercidos los recursos públicos.
En este caso, el grupo de talleristas que trabajamos en la caravana preocupados por el cambio de gobierno, nos comunicamos con Eric Mauleón para pedirle que nos ayudara a hacer presión en la secretaría, en ese entonces a cargo del lic. Marco Antonio Aguilar Cortés, ya que el convenio donde se incluían nuestros honorarios había sido firmado por él como representante de su Asociación Civil: Innovación Social, Cultural y Emprendedora. Al recibir una escueta respuesta en donde el único argumento fue que él no quería presionar porque tenía muchas amistades ahí dentro y no quería quedar mal, decidimos dirigirnos con Israel Rodríguez López, jefe del departamento de Casas de Cultura y Consejos Regionales para solicitarle la misma información, mismo que se comprometió a mandarlo vía email, cosa que jamás sucedió.
Al ver que no recibiríamos información por parte de ellos nos dirigimos a la Ventanilla de Transparencia y Acceso a la Información del Poder Ejecutivo del Estado, la cual se ubica en el segundo patio de Palacio de Gobierno donde se nos hizo una solicitud de manera gratuita. Es importante que sepan que en cada dependencia existe también esta ventanilla de transparencia, en la Secretaría de Cultura se encuentra en la oficina del jurídico.
¿Para qué necesitamos esto? Para verificar que nuestro pago sea el que se nos prometió, además se puede solicitar el estado del trámite de nuestros honorarios para rastrearlo, recordemos nuevamente que se trata de información pública. En este caso al recibir este documento nos dimos cuenta que el sr. Mauleón estaba reportando más dinero por nuestro trabajo del que nos había dicho. Nuestros honorarios serían de 37 mil pesos para los talleristas de música, artes plásticas y literatura, mientras que para la maestra de danza, Karla Luna, por alguna extraña razón le dijeron que sería de 16 mil pesos, donde incluía un bono por haber prestado el vestuario durante toda la caravana porque el material solicitado nunca llegó.
Además solicitamos copia del acta constitutiva de la asociación civil, misma que se constituyó el 13 de mayo y se presentó ante el Registro Público de la Propiedad y de Comercio el 15 de mayo. El sr. Mauleón nos contactó meses antes y el día 9 de mayo nos envío un correo para informarnos de cuánto serían nuestros honorarios. ¿Cómo empezar la logística de un evento si aún no tienes los documentos de tu asociación civil en regla? ¿Por qué la directora de Formación y Educación de la Secretaría de Cultura en aquel entonces, Eréndira Herrejón Rentería, permitió que se diera un proyecto de caravana cultural a quien ni siquiera tenía una AC constituida?
Desgraciadamente se ha vuelto un secreto a voces el dedazo en este tipo de asignaciones del recurso federal, pero como artistas y ciudadanos debemos exigir que estos recursos sean concursables y se transparenten los procesos de designación.
3.- Darse de alta en Hacienda
A veces creemos que esto se convertirá solo en un dolor de cabeza, pero no, en realidad es algo muy fácil de manejar una vez que nos tomamos el tiempo de revisar los pros y contras. ¿Cuál sería la primer ventaja? Que al poder emitir facturas podemos evitar la triangulación de nuestros pagos ante las instituciones y aunque seamos parte de un proyecto coordinado por alguien más podemos pedir se nos haga un convenio de nuestros honorarios directamente con la institución. Es importante aquí que tengan en cuenta si los honorarios serán más IVA, ya que eso será lo que nosotros declaremos ante Hacienda, así que claro que se vale negociar para saber lo que queremos que nos quede libre, jamás den una factura más IVA si no les pagan el mismo, este debe desglosarse de lo que recibas como pago.
Uno de los regímenes más sencillos es el RIF, Régimen de Incorporación Fiscal, con el que se pueden hacer las declaraciones de manera bimestral y puedes facturar hasta los servicios de tu casa. Es muy rápido darse de alta y hay contadores que te cobran desde 300 pesos por declaración. De esta manera no podrán decirte que van a retenerte los impuestos quienes coordinen el proyecto para aprovechar y cobrar por ti.
4.- Ser profesionales
Si nos llamaron para llevar a cabo un trabajo, seguramente es porque nuestro curriculum nos avala. Los talleristas involucrados en la caravana a veces pasamos por situaciones lamentables: la mayoría de veces ni siquiera había comunicación, ya que al llegar a los municipios ignoraban que llegaríamos y por supuesto no había alumnos. Otras veces las condiciones del hospedaje dejaban mucho que desear, como que te hospeden en un motel, además de que los gastos eran limitados a mil pesos semanales para que nosotros cubriéramos los cinco días de comida y transporte de camiones o taxis internos. En el caso de los talleristas de música, esa cantidad era para cubrir los gastos de ambos, y aún así nos mantuvimos profesionales y dispuestos a terminar un trabajo del cual ya habíamos adquirido la responsabilidad, a pesar de no recibir ni un solo pago en esos tres meses, y sabiendo que la AC ya había recibido un pago para poder cubrir todos estos gastos así como el scouting llevado a cabo meses antes de que comenzarán las actividades.
A pesar de que pedimos lo relacionado a la etiqueta de Caravana Cultural Animarte 2015 no encontramos el desglose de este gasto, así que desconocemos cómo haya sido etiquetado dentro de los gastos de este programa.
Es importante nunca dejar de cumplir y exigir en igual medida a las personas que coordinen el proyecto, en este caso la Asociación Civil nos retuvo 3 mil pesos del pago convenido con la Secum supuestamente para gastos del proyecto, cuando el presidente de dicha AC, el señor Eric Mauleón, cobró también como Técnico. Otra asociada, Daniela Arreola, lo hizo como tallerista de teatro, misma que además no tiene formación alguna en dicho rubro. Ahora estoy más convencida que nunca que es importante elegir cuidadosamente con quién se trabaja, pero sobre todo estar conscientes que tenemos todo el derecho de exigir que se actúe de manera legal y profesional.
Quizá llegado a este punto logres salir airoso y lo más que suceda es que los trámites burocráticos te maten en la espera, pero al menos ya sabrás dónde está tu dinero sin necesidad de triangulaciones.
La cultura no es un negocio en donde mediante programas federales o estatales puedas enriquecerte o sea una manera fácil de ganar dinero. Por supuesto que hay que solicitarlos, hay que aplicar a becas, pedir apoyos para eventos, porque se trata de nuestros impuestos y las instituciones son las encargadas de administrarlos de manera correcta y en la misma medida nosotros estamos obligados a hacer buen uso de ese dinero.
Cada nuevo gobierno comienza con una esperanza de que las cosas sean mejores, y de que quien esté a cargo sepa ver todas esas fallas que existen en la función interna de la Secum, siempre esperamos que el equipo de trabajo que acompañe al secretario en turno sepa ver la infinidad de buenas propuestas culturales independientes que existen, y que por fin se den cuenta que lo único que puede mejorar el panorama es el trabajo en conjunto, porque no somos empleados de la cultura, somos quienes la generamos y la trabajamos, y con mucho esfuerzo y algo de suerte la haremos perpetuar.