Era julio de 2014 cuando la promotora cultural Verónica Loaiza dio a conocer el audio donde el entonces diputado federal Ernesto Núñez le daba un pequeño tip para bajar recursos por seis millones de pesos: “Hay gente que no hace nada, hay gente que saca 10 millones y hace uno”. Originalmente, Loaiza había planeado pedir a una instancia de Conaculta dos millones de pesos para financiar un festival de cultura en Zitácuaro, pero el político del Partido Verde le sugirió pedir más y no aplicarlo todo, pues para eso podría inflar facturas y pedirle a amigos de confianza elaborar contratos por arriba del precio real. “Un evento cuenta doble… a un evento le sacas fotos por varios lados”, dictaban las palabras del clásico político que sabe los oscuros caminos para robarse dinero.
El caso fue ventilado primero por el diario Reforma y posteriormente por medios de comunicación tanto nacionales como locales. En este capítulo también estaba involucrado el entonces edil de Zitácuaro, Juan Carlos Campos Ponce, quien en otra conversación telefónica con Loaiza decía: “Obviamente que hay un compromiso con el diputado (Núñez); igual lo he hecho con otros diputados, les tengo que retribuir algo de lo que me llegan a conseguir… regularmente les doy el diezmo”. Para no hacerse bolas, el presidente municipal sugería apartar dos millones para los moches y dejar cuatro para el festival, lo que se enredaba más porque había un escultor sugerido por el mismo Núñez que pedía dos millones por ser parte del evento. Ya en el colmo del cinismo, Campos prometía hablar con Núñez para que no fuera tan acelerado, “a mí me gusta hacer las cosas bien, de hecho soy el municipio menos observado”, presumía sin alguna vergüenza, y añadía: “Hay que hacer las cosas bien porque luego al que se chingan es a mí”.
Con los audios ventilados, tanto Núñez como Campos Ponce negaron toda responsabilidad y culparon a Loaiza de querer tenderles una trampa. El legislador del Verde fue más allá y demandó por daño moral a la promotora, no así a su amigo, aduciendo que éste no lo quiso perjudicar en ningún momento. Hoy en día, el ya ex presidente municipal enfrenta un proceso de juicio político puesto que violó la Ley de Responsabilidades y Registro Patrimonial de los Servidores Públicos al beneficiar con cargos públicos a familiares, familiares de su cónyuge y a terceros, dentro de la administración municipal que presidió.
De acuerdo a un artículo publicado en el portal Animal Político, el delito de peculado o malversación de recursos públicos es una actividad que puede consistir en robo simple o en actos complejos tendientes al desvío de esos recursos cuya pena va de dos a 14 años de prisión.
El fuero
Sabiendo que su intento de corrupción le podría traer problemas graves, Ernesto Núñez abandonó la legislatura federal y brincó a una curul del estado de Michoacán en 2015, todo para conservar el famoso fuero, una figura que impide a políticos ser juzgados aunque se les demuestre culpa. Como diputado local, Núñez ha demostrado su pobreza de ideas, ya que gran parte de sus iniciativas han sido desechadas por improcedentes o porque propone cosas que ya existen. Aún así, Núñez se siente el legislador más productivo y ahora sueña con llegar al Senado, como se da cuenta en este boletín.
La iniciativa que sí encabezó y tuvo luz verde ha sido la nueva ley contra marchas y plantones que será instaurada en pocos días, lo que será sin duda una medida en contra de la libertad de expresión. Núñez se ha cansado de señalar que por culpa de las manifestaciones sociales se van los inversionistas del estado, un discurso tan fuera de lugar como sus actitudes de cohecho.
Pierde la demanda
La semana pasada Verónica Loaiza dio a conocer que la demanda interpuesta por Ernesto Núñez donde la acusa de daño moral fue desechada por el Juzgado Tercero de lo Civil. Su titular, Marisela Argueta Mora, determinó improcedente tal denuncia al argumentar que «no se daña su vida privada, amorosa o familiar», además de que el político “no pudo comprobar cómo este hecho le afectó psicológicamente». Ernesto Núñez acudirá a una nueva instancia para tratar de darle la vuelta al asunto, de lo contrario, tendría que pagar una cantidad de dinero a Loaiza por los gastos que el juez determine.
Como era de esperarse, la dirigencia estatal del impresentable Partido Verde sigue respaldando a Núñez Aguilar y desde la postura de su presidente, Jonathan Sanata, se sostiene la versión de que todo es un oscuro complot orquestado por políticos perversos que pretenden impedir que el diputado llegue a otros puestos públicos.
Asecho
Durante la conferencia ofrecida por Loaiza, Ernesto Núñez mandó a algunos de sus asesores quién sabe con qué fines, pero desde que se dieron a conocer los audios ha intimidado a la promotora cultural a través de llamadas telefónicas anónimas o mensajes en Facebook con cuentas apócrifas. «Te va a cargar la chingada» y advertencias por el estilo fueron las constantes en los primeros días posteriores en los que se publicaron los audios tanto de él como del entonces alcalde de Zitácuaro. En razón de ello, Loaiza ha acudido a instancias como la Comisión de Derechos Humanos y Artículo 19, la organización que defiende los derechos de periodistas y comunicadores. ¿Qué hacer como ciudadanos cuando un político con poder e influencias se atreve a demandarte penalmente? Sin duda, la actuación de Verónica ha sido valiente, aún a sabiendas de los riesgos que se corren.
Pese a todo, el festival fue un éxito
El origen de toda esta trama era el deseo de Loaiza por organizar un festival de cultura en Zitácuaro, lo que finalmente se concretó con recursos provenientes del programa federal México, cultura para la armonía. Fueron cinco meses de actividades del Festival Arte para Todos con el respaldo de la asociación civil Contenedor de Arte, donde se incluyeron las muestras colectivas “Zitácuaro en 1000 Imágenes” y “Transcripciones Musicalográficas” que se exhibieron en el teatro Juárez de esa ciudad. También hubo conciertos, obras de teatro, funciones de cine, formación intercultural, talleres e instalaciones, demostrando que una iniciativa ciudadana puede llegar a buen puerto sin necesidad de desvío de recursos ni oscuras alianzas con políticos corruptos.
Con información de Alejandra Quintero y Francisco Valenzuela