Aunque no tuvo una formación académica formal, la inglesa Mary Anning fue una de las máximas autoridades en la clasificación de fósiles en la primera mitad del siglo XIX. De hecho, en la actualidad se le considera una pionera de la paleontología. Sus aportaciones a la ciencia tienen finalmente el reconocimiento que en su momento le fue negado por las sociedades científicas que la desdeñaban tanto por su sexo, como por su origen humilde.
En Ammonite (2020), segundo largometraje de Francis Lee, se retoma la figura de esta singular mujer. La cinta llega a la capital michoacana en la sección de estrenos internacionales del FICM, previo paso por Toronto, en donde fue una de las producciones más comentadas gracias al sólido elenco encabezado por Kate Winslet y Saoirse Ronan.
Desde las primeras imágenes nos damos cuenta de la estrechez económica en que viven Mary y su madre. Habitan una pequeña casa que sirve también como tienda de fósiles y recuerdos para los turistas en la localidad costera de Lyme. Ella es huraña y cortante, es evidente que ha sufrido un desengaño, por lo que decide concentrarse en su trabajo: la búsqueda de fósiles en las formaciones geológicas cercanas a su comunidad. Pero cuando llegan a Lyme el famoso geólogo Roderick Murchinson y su esposa Charlotte (que con el tiempo sería también una reconocida geóloga), provocan un vuelco en la vida de la buscadora de fósiles.
También puede interesarte Competencia FICM 2020: Todo lo invisible
Muy pronto se establecerá una relación entre ambas mujeres, aunque claramente hay una diferencia enorme en cuanto a sus orígenes e intereses. Pero empiezan a acercarse cuando descubren que las dos pasan por un duelo, Charlotte ha perdido una hija y Mary no ha sabido reponerse a un enamoramiento pasado. Cuando la señora Murchinson se queda unas semanas en casa de Anning, la interacción diaria empieza a suplir su necesidad de amor y comprensión, convirtiéndose en un apasionado romance. Pero el idilio deberá enfrentarse a la realidad, Charlotte debe volver la capital inglesa con su marido y Mary no quiere abandonar la ciencia a la que ha dedicado su vida.
Sin engancharse en la polémica, Francis Lee juega con la posibilidad de esta relación íntima, aunque sus detractores aseguren que no hay ninguna documentación que la compruebe. Sin embargo, lo que sí está fuera de toda duda es que ambas mujeres mantuvieron una amistad muy estrecha por el resto de sus vidas. Además, a la relación cercana que tuvo con Charlotte, habría que sumar las de Elizabeth Philpot (otra coleccionista de fósiles), así como la de Frances Bell, con quien mantuvo una correspondencia muy íntima y apasionada.
En cierto sentido Ammonite es una continuación de su primer largometraje, Tierra de dios (God’s own country, 2017), en donde Lee, basado en una experiencia personal, retrata una relación homosexual entre dos granjeros ingleses. La escasez de diálogos y la cámara en mano muy cercana al rostro de los personajes para darnos una sensación de intimidad, son elementos que comparten ambas películas. A lo anterior, habría que añadir la presencia del actor rumano Alec Secareanu, quien protagonizó la primera y tiene un pequeño papel en la más reciente.
Pero ahí donde falla Tierra de dios, con su final precipitado y predecible, acierta su nueva producción. Lee aprende de sus errores y se da tiempo para preparar su desenlace con una hermosa escena final: dos mujeres enamoradas separadas por un fósil. Dos pasiones coinciden en esa imagen, el amor y la ciencia, separadas por un ser inanimado que no entiende de razones.