Si una de las virtudes de la escritura es crear lo inexistente, también lo es modelar y transformar el hubiera convirtiéndolo en presente. Las posibilidades de la ucronía en el tópico mexicano son vastas, sin embargo, es indudable pensar como uno de los temas principales la conquista de México. ¿Quién no han pensado en qué hubiera pasado si los españoles hubiesen perdido la guerra contra los aztecas?
Desde cualquier perspectiva el tema es sumamente atractivo. Por un lado está la alteración del espacio y tiempo, muy al estilo de la ciencia ficción. Por el otro, en el carácter literario, ocurre lo que Omar Nieto hace en su nueva novela El juego secreto de Moctezuma (Harper Collins, 2021). Es un libro de lo posible, un trabajo extraordinario que convierte lo que no fue en un registro histórico verosímil capaz de convencer a cualquiera y lo más importante: cautivar al lector.
Nieto es un destacado catedrático cuya experiencia sienta las bases de la estructura documentada del libro. Aúna su destreza como narrador para, según sus palabras: “reimaginar uno de los mitos fundacionales de los mexicanos”.
El juego secreto de Moctezuma desafía los estándares de la literatura mexicana contemporánea. La misma que por momentos ahonda una y otra vez en la violencia y la sociedad actual, asuntos no menos importantes pero que dejan de lado en la geografía vasta de las letras aspectos fecundos como el relato histórico, el de no ficción. En este caso, el de la ucronía, que debe destacarse por la forma tan extraordinaria en que el escritor lo trabaja. Embona con precisión cada elemento, desde la construcción y acción de los personajes, hasta los diálogos y actos, en cuyo conjunto logran un efecto hipnótico en el lector.
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Óscar de la Borbolla hacía creíble el que un hombre en estado de putrefacción continuara con vida. En tanto, Omar Nieto nos hace creer en las 359 páginas de la novela que fuimos los vencedores. Es entonces esta derrota de los españoles no sólo una vendetta que cualquier nacionalista ha imaginado, sino una invitación a la reflexión de nuestra vida hoy como nación. Considero un error creer que la ucronía es un género menor o de mero divertimento; aquí está la posibilidad de repensarnos como mexicanos para que tal vez la historia que se escriba sobre nosotros en 500 años no sea necesario cambiarla.
Los gustosos de la novela histórica sin duda disfrutarán de los paralelismos y las directrices a la historia acontecida, que bien puede servir para revisitarla y analizarla. A los lectores de ficción que pudieran desechar la oportunidad de leerla por no ser ávidos del género, sugiero darse una oportunidad. Encontrarán así, como en cualquier buen trabajo de ficción, los elementos necesarios que llevan al goce de la experiencia.
Imagen superior: Alan Bloom/Flickr